Un estudio de la Universidad de Cornell (Nueva York), publicado en Enviromental Entomology, observó que las abejas se sienten atraídas por los cultivos de cáñamo.

El Cáñamo industrial, Cannabis sativa(Cannabaceae), es un cultivo recientemente introducido y en expansión en el agro estadounidense que atrae de manera especial a las abejas, afirma el documento. Por esa razón, los investigadores decidieron realizar relevamientos en diferentes granjas en Nueva York, donde pudieron observar que el cáñamo sustentaba 16 especies diferentes de estos insectos.

Lo llamativo es que este cultivo carece de dulce néctar, ya que se trata de un cultivo polinizado exclusivamente por el viento, y sus flores no ofrecen variedad de colores brillantes, que suelen ser los factores que actúan de llamador para los agentes polinizadores. No obstante, el cáñamo produce una gran cantidad de polen que, sumado a que su floración, sucede al final de la temporada en un período de escasez de floral estacional y atraen de manera particular a las abejas.

De esta manera, "debido a su fenología de floración temporalmente única, el cáñamo tiene el potencial de proporcionar un recurso nutricional crítico a una comunidad diversa de abejas durante un período de escasez floral y, por lo tanto, puede ayudar a mantener los servicios de polinización en todo el agroecosistema para otros cultivos en el paisaje", señaló la investigación.

Por otro lado, los especialistas señalaron que la altura de la planta "se correlacionó fuertemente con la riqueza y abundancia de especies de abejas para las parcelas de cáñamo" siendo las variedades más altas las que atraen una diversidad más amplia de especies de abejas.

El documento destaca la importancia de incorporar estos cultivos de manera de incrementar la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios y contribuir a una mayor y mejor producción. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura), una correcta y constante polinización puede aumentar el rendimiento de las producciones hasta en un 24 por ciento.

Finalmente, el estudio concluye que "los productores, administradores de tierras y legisladores deben considerar su valor" para las comunidades de abejas en particular, y para la actividad agropecuaria en general.

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