Según fue informado oficialmente el día lunes, a partir de ahora los exportadores tendrán que presentar las declaraciones juradas de exportación de la cosecha de maíz 2020/2021, para que la subsecretaría de Agricultura pueda comprobar que tales compras realmente se encuentran embarcadas y con una fecha estimada de arribo a destino.

Desde principios de octubre no se emiten más Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVEs). Habiendose alcanzado la totalidad del saldo exportable para el ciclo comercial 2020/21, fijado en 38,5 millones de toneladas para la campaña de maíz que termina en febrero,el gobierno toma esta medida con el fin de “asegurar el suministro interno”.

Según el texto enviado a los exportadores por parte de la Subsecretaría de agricultura: “A partir del día de la fecha, sólo se aceptarán para su registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior dentro del régimen especial denominado DJVE-30 establecido por el Artículo 13 de la citada Resolución N° 128/19, siempre que las mismas correspondan con operaciones debidamente respaldadas con sus compras físicas y con barcos nominados con fecha estimada de arribo”. En un momento álgido en la relación campo-gobierno por las trabas en el mercado de carnes, la nueva disposición despertó alarma en el agro. En definitiva, solo se podrá comercializar al exterior lo que ya fue adquirido, post demostración fehaciente y aprobación gubernamental.

El titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolas Pino, declaró al respecto vía Tweeter: “Seguir interviniendo y burocratizando los mercados es una pésima señal que trae desconfianza en los productores. Ya lo vivimos desde abril con la carne y ahora con el maíz. Nuestro país necesita que todos podamos trabajar libremente para producir sabiendo que vamos a poder vender”, fijó su postura el dirigente.

Desde el Gobierno explican que esto no significa un cierre exportador, sino que se comenzarán a exigir algunas cuestiones burocráticas. Se trata de una medida que apunta sobre el abastecimiento local de maíz, explicaron, ya que los granos amarillos “resultan un insumo indispensable para muchos sectores, y hoy nos encontramos al límite del normal aprovisionamiento”, según detallaron fuentes gubernamentales.

Desde el Ministerio de Agricultura entienden que a través de la “mano del estado”, y con la medida adoptada ahora se podrá dar mayor previsibilidad, "proteger" el mercado interno, y equilibrar el nivel de exportación respecto de las necesidades internas.

Según las estimaciones, la nueva regla influirá sobre el destino de cerca de siete millones de toneladas, que son las que esperaban ser exportadas, y que a partir de ahora quedarán a la espera de la autorización oficial.

Desde el sector exportador comunicaron que por el momento, “no hay un cierre del registro de declaraciones juradas de ventas al exterior, pero sí algunas restricciones”. De esta manera, hasta el cierre de la campaña comercial en febrero, esas condiciones serán que para que una declaración jurada sea autorizada hay que demostrar que la mercadería ya está adquirida, que se embarcará en los próximos 30 días y, que haya un barco nominado.

Seguí leyendo: Nuevos récords históricos de ingresos de divisas por agroexportaciones en septiembre y en lo que va del 2021