En el marco de la Cumbre de Líderes de la Conferencia de las Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se desarrolla en Glasgow, en el Reino Unido, el Gobierno argentino firmó el martes 2 de noviembre, junto a más de 100 líderes internacionales, un compromiso para detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra para fines de la década, según informó Reuters. Este compromiso será respaldado por US$ 19 mil millones en fondos públicos y privados para invertir en la protección y restauración de los bosques.

La firma de este acuerdo fue uno de los logros de la Cumbre, junto con el Compromiso Global de Metano, también firmado por Argentina y otras naciones, para reducir las emisiones globales de metano, a fin de mantener el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. Este objetivo de la COP26, es fundamental para evitar daños aún mayores al planeta por las intensas olas de calor, sequías, tormentas, inundaciones y daños costeros que el cambio climático ya está causando.

Este acuerdo, firmado por casi 90 países fue impulsado por Estados Unidos y la Unión Europea para reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030, respecto de los niveles de 2020. El Compromiso Global de Metano, anunciado por primera vez en septiembre, ahora cubrirá las emisiones de dos tercios de la economía mundial.

En la misma, la declaración sobre bosques y uso de la tierra, es un documento declarativo, y no vinculante jurídicamente, que tiene por objetivo general avanzar en el camino de la sostenibilidad ambiental. Según el acuerdo, 12 países se comprometieron a proporcionar US$ 12 mil millones de fondos públicos, entre 2021 y 2025, para que los países en desarrollo restauren las tierras degradadas y aborden los incendios forestales. Inversionistas del sector privado proporcionarán US$ 7.2 mil millones, y también se comprometieron a dejar de financiar actividades vinculadas a la deforestación.

Ante la Sesión Plenaria de la COP26, Alberto Fernández dijo en su discurso que "debemos crear mecanismos de pago por servicios ecosistémicos, canje de deuda por acción climática e instalar el concepto de deuda ambiental". Al explicar su propuesta, el presidente señaló que "es necesario aplicar la emisión de los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional a un gran pacto de solidaridad ambiental, que incluya a los países de bajos ingresos y renta media, y que sirva para extender los plazos de las deudas y la aplicación de menores tasas". Y agregó que "debemos fortalecer el multilateralismo ambiental e impulsar la capitalización de los Bancos Regionales de Desarrollo".

En este sentido, el presidente hizo una fuerte defensa de los intereses de la Argentina, al recalcar que el modelo productivo de nuestro país es parte de la solución y no del problema. Fernández destacó que como país "adoptaremos medidas profundas para erradicar la deforestación ilegal, tipificándola como delito ambiental". Y mencionó el envío al Congreso de un nuevo proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, y la promoción de "el tratamiento de la Ley Federal de Educación Ambiental". Además, enfatizó que la transición a una economía sostenible debe generar también oportunidades de desarrollo nacionales: producción, empleo y tecnología.

De esta forma, el primer mandatario ratificó el compromiso de nuestro país con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Acuerdo de París, destacando que el país "adopta la lucha contra el cambio climático como política de Estado". Cerrando su alocución, agregó que “en el caso de la Argentina, el aporte de nuestra agro-bio-industria a la seguridad alimentaria mundial, no debe ser excluido de las negociaciones climáticas, para no generar nuevas formas de proteccionismo”.

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