Argentina, un país Barrani
Por Luis Chervo | 22-11-2020 04:00hs
Estamos a unos pocos días de armar el arbolito de Navidad que dará comienzo a la despedida del 2020 y la llegada del 2021, no vemos con claridad ni el presente, menos el futuro y todos nos ponemos nerviosos.
Estamos en un festival de pedidos de bonos y refuerzo a los planes sociales que se han vuelto de vital importancia para que familias completas puedan sobrevivir, un mapa del 42 % de pobres y de un 9 % de indigentes que nos avergüenzan con profundo dolor, en un país que es productor de alimentos y con capacidad de elaborar los, al menos, para unos 400 millones de seres humanos.
Estamos en un plano tal en el que tenemos que hablar claramente: un país de más de 45 millones de ciudadanos, donde hay más de 6 millones que no tienen baño. Para visualizarlo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene 3 millones de habitantes, por lo cual hay dos Buenos Aires, sin baños.
Vivir sin baños significa anular la higiene, hasta niveles de peligro para la salud en tiempos normales, ahora, en tiempos de pandemia, nos acerca aceleradamente a contraer Covid-19, lo cual puede significar un porcentaje alto de fallecidos en los próximos meses, por falta de higiene básica.
En el año 2011, Alberto Rodríguez Saá invitó a madres y abuelas, con sus hijos o nietos, para conocer San Luis. La visita consistió en un viaje en el marco del Día de la Madre, y se hizo en conjunto con el Gremio SMATA, quien los hospedó y dio desayunos y comidas diarias, mientras la Provincia los invitó a varios eventos de paseos y recreación.
Una vez finalizado el viaje, regresaron con nebulizadores para ocho dispensarios de Rosario, donados por San Luis, en un plano de cooperación para con esos Barrios de la pujante Ciudad del sur de Santa Fe.
Al interiorizarme en los pormenores de la visita, escuché como los funcionarios de San Luis, con lágrimas en los ojos, me contaban la sorpresa de los visitantes, cuando veían las comodidades del Hotel de SMATA, pues nunca habían ido a un baño instalado completo, con duchas, inodoros, etc.
Esto no es nuevo, es dramáticamente actual y no debemos acostumbrarnos a que esto sea normal, debemos tener como agenda el tema de la vivienda digna, que es base para el desarrollo de la persona humana y de una familia estable y con ganas de volver a tener esperanza en su futuro.
Cuando yo digo lo que pasó en Santa Fe, entre los años 1983 y 1991 (período de inflación e hiperinflación), en esta materia, de la mano de los gobernadores Vernet y Reviglio, muchos se me quedan mirando, pero es cierto que se entregaron, solo en Rosario, casi 40.000 viviendas. Observemos que hoy faltan alrededor de unas 60.000 viviendas. Qué hubiese pasado si esa actitud se convertía en Política de Estado y se continuaba con estas políticas para estar al lado de esa primera necesidad, la vivienda.
Días pasados participé de dos zoom, con el ex Ministro de Economía Remes Lenicov, quien es un estudioso de estos temas de política económica, y nos comentaba que en 1976 la Dictadura toma el poder con una pobreza del 4%, y la Democracia, en 1983 retoma la conducción del país, con una pobreza del 16%, pero pocos años más tarde la pobreza llega al 28%, como referencia me acordaba, que fue cuando Alfonsín le quiso poner un impuestos a los ricos, lo demás es historia conocida.
Ahora, lamentablemente nos ha tocado esta realidad, la pandemia. Sobre llovido mojado, decían en mí Pueblo.
Estos meses nos han demostrado algunas cosas que tenemos que tener en claro para la post pandemia.
Primero, somos pocos los que trabajamos. En algún caso, es increíble lo que nos pasa en Rosario, por ejemplo, en donde llevamos casi 90 días sin colectivos, cuando un colectivo, es parte de un torrente de sangre de una ciudad. Como en un cuerpo humano, una ciudad necesita de su sangre y que ésta circule, pues si no, muere. Rosario, hace meses que tendría que estar muerta. Y no es así.
Entonces, sacando las agencias de viajes, los gastronómicos en algún punto, los espectáculos, las escuelas presenciales, las demás actividades productivas siguen, y siguen. En bici, en autos compartidos, en autos de alquiler, etc., el pueblo rosarino sigue andando y produciendo.
Comentó esto para demostrar que hay un cúmulo de procesos que están en actividad, en muchos casos en blanco y en otros llevan otras alternativas, que han aprendido hoy, como en el pasado, a sobrevivir y a esperar reglas claras para ver cómo seguir.
Vuelvo a lo de Remes, quiem comentó, luego de conversar con trabajadores, que en aquellos años eran casi un 95% Peronistas, a diferencia de ahora, que hay conducciones no Peronistas y de activistas sociales, que tiene actividad gremial, y luego de conversar con empresarios, se dispusieron las reglas de juego y rápidamente bajó la inflación, el verdadero problema de Argentina, y de otros tres países del mundo, como Venezuela y de dos países africanos solamente, con la inflación en pocos dígitos, con políticas claras en área monetaria, de la mano de Aldo Pignanelli, y con políticas claras en el área impositiva, de la mano del santafesino, Oscar Lamberto, aparecieron fondos para la reactivación de la economía, que para diciembre del 2002, habían ingresado al Mercado Productivo entre 15.000 y 20.000 millones de dólares, no de marcianos, sino de argentinos que confiaron en un Plan de Gobierno, luego vinieron las mieles del Campo, con altos precios de las commodities, por lo demás fueron 10 años de desarrollo productivo y estabilidad en el País.
A los lectores que confundí un poco con el título del artículo, les aclaro el término BARRANI, que surge de los turcos sefaradíes, que lo usan como sinónimo de “negro” y se usa para mencionar aquello que es “ilegal”,”clandestino”,”forastero”, en Argentina es más conocido como acepción en la gastronomía, a la comida rápida y callejera.
Cuando me preguntan qué pienso del actual Ministro de Economía, me sale una palabra, me da ternura, en el sentido de que lo de la deuda, en realidad es difícil de dar porcentaje, del éxito de su esfuerzo, personal, y de uno que hizo mucho y algunos no lo dicen, que es un tal Jorge Bergoglio, que tiene un empleo de Papa, por estos días. Cuando me dicen otras virtudes posibles del actual Ministro, yo respondo, que no creo que entienda a los emprendedores argentinos, a los empresarios argentinos, no a los que salen en las revistas, hablo de esos que sobreviven a diario, defendiendo su fuente de trabajo y la de los empleados que tienen, hablo de los que aprenden todos los días a respirar, en medio de una salva de impuestos, creo que tenemos unos 168 a la fecha, los que se tienen que comer una inspección de algún burócrata municipal, provincial o nacional, que luego de hacerle besar el piso, le pasa una tarjetita, para que por la tarde lo llame y le indica de cómo resolver el problemita encontrado.
En realidad, el empresario argentino medio es probable que lo encierren en una cápsula de plástico en una pileta, atado y amordazado, y vestido con una disfraz de pantera rosa, y a los dos minutos, salga de la pileta, con un smoking blanco, moño negro, peinado a la gomina, un habano cubano encendido y un escoses en la otra.
Esta capacidad de sobrevivir, por ejemplo, la entendió perfectamente Remes Lenicov, quien venía dirigiendo los números del Estado Bonaerense desde 1987 y lo potenció.
Ojalá se agrande la economía en blanco y decrezca la economía en negro, ojalá encontremos nuestro punto medio y encontremos el diálogo y el entendimiento. Yo sé que hay dos formas de gobernar, la de los puentes, que tan bien describía mi buen amigo José Manuel De la Sota, que es la que me gusta a mi; pero hay otra que es la que nos reina desde hace varios años, la del enfrentamiento entre supuestos buenos y malos, a la cual yo no le creo, ni el buen día.
Si analizamos los frenos exitosos de freno a la inflación de los años 1951, 1958, 1991 y 2002, tendremos grandes respuestas que nos pueden orientar, pero hay puntos en común, todos fueron con políticas de shock, en ningún caso fue gradualismo, hubo acuerdos con todos los sectores del país en todos los casos sin exclusiones, hubo decisión política con fuertes liderazgos, hubo conocimiento, hubo Planes Integrales Económicos, en donde se habló de moneda, de salarios, de impuestos, de distribución, de proyecto que nos contenga a todos y no solo a los que van con la Baneco a fin de mes, sino de quienes trabajan a suerte y verdad de su propio esfuerzo.
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