Tendremos baterías de ion-litio nacionales en el segundo semestre de 2022
En la tercera parte de nuestra entrevista exclusiva con Félix Requejo, científico e investigador del CONICET, ahonda en todo lo concerniente a la producción de las baterías de litio en nuestro país, tales como los aspectos estratégicos, los componentes y sus implicancias económicas.
Por Gabriela Simonotti | 11-12-2021 10:03hs
En esta última parte de nuestra entrevista con Félix Requejo, físico, especialista en litio y uno de los miembro del Directorio de Y-Tec, conversamos sobre todas las aristas de la producción de baterías de ion-litio en Argentina y cuándo tendremos las primeras disponibles en el país.
-¿En qué están trabajando ya para la planta?
Una cuestión con la que estamos trabajando ahora es con la formación de recursos humanos, junto a la Escuela de Oficios de la UNLP (Universidad Nacional de La Plata). También se está trabajando en el desarrollo de plantas de producción para los insumos de las celdas, para tratar de tener la mayor autonomía posible en la producción. La obra civil del edificio y todas las complejidades técnicas y de seguridad también están avanzando a paso firme, los procesos de licitación para la compra del equipamiento, la provisión de energía para la planta, el tratamiento de los residuos, son algunos de los temas de la agenda permanente de trabajo que incluye varios grupos de trabajo de la UNLP, Y-TEC y el CONICET. Rescato mi propio aprendizaje con el desarrollo del proyecto de las celdas de Li, que indudablemente está asociado a las experiencias iniciales, cualquiera sea el campo, cuando no hay experiencias preliminares donde referenciar el trabajo. Estoy aprendiendo a partir de las dificultades que se presentan cuando pretendemos concretar un proyecto de forma tangible. Mi experiencia profesional ha sido en general en el trabajo de laboratorio. Pero esta actividad, la de trabajar por el emplazamiento de la planta, está atravesada por problemas reales y concretos de diversa índole como los que mencionaba antes.
La primera vez que se hizo una celda de ion-litio en la Argentina, se hizo en los laboratorios del INIFTA (Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas), pionera en el campo de la electroquímica en la Argentina. Esto, por supuesto, se expandió y se propagó para todo el país desde hace ya varias décadas, felizmente, porque tenemos científicos capaces en todo nuestro territorio; pero es natural que sea el INIFTA el que inicialmente haya transferido el conocimiento a otros centros, incluyendo a Y-TEC, debido a las características de la investigación que allí tradicionalmente se comenzaron a desarrollar, constituyendo así la sustancia del conocimiento que luego se puede trasladar a un desarrollo tecnológico y posteriormente a establecer una planta piloto. Hoy en día es posible distinguir una importante masa crítica de investigadores y tecnólogos trabajando en YTEC que comenzaron su formación en Institutos como el INIFTA.
-¿Por qué la planta no está en el norte del país donde se extrae el litio?
La ubicación no está en el norte porque el conocimiento para la fabricación, y la experiencia para todo esto, a escala de laboratorio y de planta piloto, está disponible en el polo tecnológico que está en La Plata, donde hay institutos del Conicet y de la Universidad, que ya hace décadas vienen trabajando en este tema. No es hace dos o tres años que se habla del litio, hace décadas que está este tema, y ha madurado toda una serie de conocimientos y experiencias concretas que hoy nos permiten disponer de una planta piloto que funciona en Y-TEC.
Esa experiencia indispensable, como experiencia preliminar, nos lleva a poder proponer una planta de fabricación de celdas a escala más cercana a la industrial. Un detalle logístico adicional viene dado además porque si se trata de fabricar y exportar estamos más cerca del puerto que si estuviéramos en el norte.
Una cosa es el tema extractivo, donde claramente la extracción y la purificación hay que hacerlas en los lugares donde se extrae el litio, pero otra cosa es la manufactura. La manufactura no tiene que estar necesariamente instalada en el lugar de extracción, además la cantidad de material que hay que trasladar desde estos lugares de extracción hasta la fábrica de celdas que está en realización, es probable que con un camión por año nos alcance; quiero decir que no hay que llenar de camiones la ruta para abastecernos de carbonato de litio. De hecho, también estamos pensando en tener una planta adicional de fabricación de materiales activo, que estará destinada a abastecer la producción de la planta, que va a tener como insumo el carbonato de litio, que ojalá sea del norte de nuestro país, para no tener que importar el material activo.
-La Universidad y el Conicet poseen muchísimo conocimiento y know-how, ¿verdad?
En este sentido, la Universidad y el CONICET son ambas instituciones indispensables para este proyecto junto a Y-TEC, son el seguro más firme que tenemos como soporte científico y tecnológico para este proyecto, porque si hay algo que se sabe para el caso particular del Litio, es que los conocimientos necesarios y la capacidad para generarlos están disponibles en el CONICET y en la Universidad Nacional de La Plata. Esto es un reaseguro para nosotros y para casi cualquier propuesta tecnológica imaginable.
Una vez que contamos con el núcleo de conocimiento aparece la etapa de la transferencia y la implementación, a escalas mayores, pero en principio tenemos toda la capacidad, o ya instalada o el potencial para poder desarrollarla, y varios socios que participan de esto para adoptar los resultados y productos. Esto no es una empresa que se puso a encarar el desarrollo improvisado de una planta, sino que es un conglomerado de capacidades que se articulan y que yo creo que nos pueden llevar muy lejos en este y otros desarrollos. Incluso, como te decía, desde la Escuela de Oficios de la Universidad de la Plata se está trabajando para desarrollar el oficio de producción de manufactura en una planta industrial, que es una formación más amplia y más general. Después vendrá una segunda etapa de una formación más específica tomando esos recursos humanos ya formados inicialmente, orientando a lo que nos demande la planta, más específicamente a la fabricación de celdas de ion-litio. Esta experiencia, esta formación, no la tenemos disponible hoy, hay cosas parecidas, pero ninguna está orientada en esta dirección de la planta de celdas.
A partir la demanda de recursos de la planta se generó un nuevo curso en la Escuela de Oficios de la Universidad Nacional de La Plata. Y esto lo podemos realizar de forma tan eficiente y decidida, justamente, porque en la Universidad y en el CONICET tenemos todas estas capacidades listas para ir en la dirección que haga falta y eso es muy importante para proyectos que encierran desarrollos sin antecedentes.
Felizmente, el sistema científico nacional todavía puede seguir dando respuesta, a pesar de que estuvo desatendido mucho tiempo, pero en realidad sigue pudiendo dar respuesta y con esto, además de justificar mucho más su razón de ser, fortalecerse.
Hace poco di una charla en Tecnópolis para hablar de energías renovables y el tema de la planta, y me puse a leer algunos informes muy recientes, de ahora, de octubre de este año. Uno era de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y otro era del Ministerio de Producción de la Nación. Y estos informes se analizaban aspectos sobre las baterías de ion-litio para electromovilidad, se referían a la cadena de valor del Li y todo el impacto regional, con mucha información a nivel global sobre la especulación del mercado para la fabricación de celdas, sobre inversiones en el tema extractivo, en los materiales activos, en las baterías, etc. Eran muy exhaustivos, realizados desde la perspectiva fundamentalmente económica.
Parece que siempre son economistas o sociólogos los que hacen estos informes, y en particular el de la CEPAL me sorprendió, pero me sorprendió no gratamente, en el sentido que me pareció que le faltaba mucho análisis técnico, técnico específico digamos, para hacer ciertas valoraciones o ciertas hipótesis, a partir de las cuales llegaban como conclusión a un escenario posible, de acá a tres o cuatro años y para más adelante incluso. Me pareció que en ese sentido la Universidad es potencialmente más capaz de realizar un análisis desde múltiples y más completas perspectivas, porque se puede contar con equipos de trabajo multidisciplinario, donde se dispone de todas las perspectivas.
En la Universidad Nacional de La Plata hay un Mesa del Litio formada por economistas, ambientalistas, físicos, químicos, etc. Hay muchas miradas en esta Mesa que la hace muy interesante.
Y estos informes de los que te hablaba, son informes muy influyentes, de referencia obligada para muchos sectores. Son en definitiva los que utilizan los grandes grupos económicos para orientar sus inversiones, sus decisiones y terminan construyendo lo que esos informes dicen, porque confían o creen lo que esos informes dicen. Entonces actúan en consecuencia según las predicciones de esos informes y termina siendo una profecía autocumplida, donde algo no tenía que aumentar tanto, pero aumentó porque alguien dijo que eso se iba a vender mucho y era importante pero no se sabe por qué. Entonces el que especula invierte, y como invierte mucho finalmente aumenta, y así se cumple la profecía, sin una razón técnica real que lo justifique (no digo que sea siempre así, pero estas cosas pueden ocurrir).
Por ejemplo, existen dos materiales como insumo de Litio disponibles: hidróxido de litio o carbonato de litio, los dos sirven como insumo para los materiales activos de las celdas, pero es mucho más fácil conservar el carbonato de litio porque se mantiene al aire, puede acopiarse en una bolsa sin mayores problemas; por otro lado, el hidróxido de litio interactúa significativamente con la humedad del ambiente (higroscópico), es poco estable y muy difícil de mantener. Así, se requiere mayor inversión para el mantenimiento de esa producción. Sin embargo, se está vendiendo más el hidróxido de litio porque sirve para la síntesis de un material y no de otro, se vendió más en alguna época, pero si después se fabrica otro material no se va a usar más hidróxido que carbonato necesariamente, se va a usar probablemente carbonato que es más fácil para guardar.
Las recomendaciones para la inversión en estos informes está orientada al desarrollo de hidróxido de litio, lo que para mí no está enteramente justificado, porque muy probablemente usemos carbonato de litio para los materiales activos de las celdas durante los próximos años (o al menos no forma de descartar esto), en suma, dependerá de lo que diga la tecnología en cada momento cuales son los materiales más apropiados.
-¿Tenemos en el país todos los componentes necesarios para fabricar las celdas de litio?
Sabemos hacer las celdas, pero hacerlas tiene muchos componentes que va a haber que importar. Hay un componente estratégico que es el electrolito, que es el medio que está entre el cátodo y el ánodo, responsable del transporte de carga y iones en la celda.
Según nuestro relevamiento, no hay más de cuatro productores de electrolito en el planeta y todos ellos están en Asia (en China más específicamente). Ni siquiera Estados Unidos tiene hoy una planta de fabricación de electrolito.
Por todo esto, también estamos analizando la posibilidad de producir electrolito en nuestro país. Tiene mucho valor estratégico hacerlo, claramente no va a ser un negocio económicamente rentable en un comienzo por la gran inversión inicial necesaria que imaginamos, pero a veces las cosas no hay que pensarlas desde la perspectiva única del negocio sino desde la perspectiva estratégica, de soberanía.
-¿Por qué es tan importante el electrolito como para pensar en fabricarlo en nuestro país?
El tema del electrolito es fundamental porque vos consultás hoy a una empresa para que te venda electrolito y no tenés garantías de que pueda entregarte el producto en tiempo y forma.
Este es un tema estratégico relevante que hay que tener en cuenta porque puede condicionar la producción de la planta si no somos capaces de abastecernos en las cantidades necesarias. Si bien el electrolito ocupa muy poco lugar en la celda es un componente indispensable. Se utiliza poca cantidad en cada celda, pero hay que tenerlo.
Otra cuestión que demuestra el carácter estratégico está asociado a la disponibilidad del insumo. Por ejemplo, durante la pandemia muchas empresas chinas decidieron volver a auto-abastecerse con sus propios productos y así el resto del mercado quedo desabastecido (aunque sea temporalmente). Acopiaron stock para mantener sus reservas y eso quitó mucha oferta en Europa, entonces no se conseguían insumos para fabricar celdas y baterías.
Es por eso que no podemos perder de vista el concepto de soberanía, es decir, quizás es caro hacer electrolito para nosotros, o complicado, pero si China cierra la frontera y dice: “Mira por diez años no voy a vender electrolito”. ¿Qué hacemos? Hay muchas cuestiones estratégicas donde todo esto es muy importante conocerlo, y a mí me parece que los socios que están formando parte de este proyecto son los mejores socios posibles, mejores que los que cualquier grupo económico pueda tener para hacer un análisis de mercado, porque tenemos más información que ellos.
-¿Es algo factible de ser fabricado en nuestro país más adelante?
Sí, es un tema que estamos tratando ahora. Estamos discutiendo y hay muchos insumos para la celda, y para la batería también, porque la batería es la composición de varias celdas con sistema de control electrónico (BMS: battery management system) para que la misma sea segura y que tenga un desgaste eficiente. Se agregan controladores electrónicos a este conjunto de celdas para constituir la batería. Todo eso hace a la discusión, quién las va a armar, para qué aplicación, a quién le compramos electrolito, a quién le compramos material activo hasta que nosotros fabriquemos, cuánto, cómo...
Lo que es indudable es que si tenemos el conocimiento estamos siempre en mejores condiciones, aunque no tengamos la fábrica, porque estamos incluso en mejores condiciones de negociar. Son dos condiciones de negociación diferentes, hablar con una empresa china porque el proveedor no quiere que vos lo hagas y te lo va a vender; y otra es si el proveedor sabe que vos consumís poco, y que además no sabés cómo hacerlo, vas a estar último en la lista de sus clientes. Tenemos que posicionarnos en todo esto, por eso es un trabajo complejo que hay que ir haciendo y que hay que ir previendo. Se trata también de cuestiones geopolíticas, de cómo plantarnos frente a ese tema, que además deben proponerse desde los más altos niveles de la gestión política.
-¿Cuándo crees que se podrá ver la primera producción de celdas de litio?
Hay una dependencia muy fuerte de nuestra agenda con ingreso de los equipos al país. Estamos con el proceso de compra, eso lleva mucho tiempo. Hay otras obras también que llevan tiempo y no dependen de nosotros como llevar energía eléctrica a la planta.
Todo apunta a que a partir de mediados de año ya vamos a tener una idea más clara, va a ser el año que viene seguro, pero va a ser durante el segundo semestre de 2022, muy probablemente, que es cuando todo esto se concrete simultáneamente, cuando tengamos el equipamiento instalado, los recursos humanos formados, con el predio finalmente terminado. Y eso va a ser a mediados del año próximo, esperando poder comenzar a producir celdas a partir de ese momento.
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