En base a un acuerdo firmado por la compañía biotecnológica Bioceres y la alimentaria Havanna, producirán alimentos en base al trigo HB4, aprobado en 2020 en Argentina. Fruto de la unión de estas dos grandes empresas se viene el primer alfajor de trigo biotecnológico para comercializar en Argentina y Brasil.

Según informan las partes, se trata de "una alianza estratégica para la elaboración de productos sustentables". Los productos se elaborarán bajo la marca Havanna y contarán con el más alto grado de información al consumidor respecto de la zona de origen del trigo, la huella ambiental generada, y otros datos derivados del sistema de identidad preservada establecido para la producción de trigo HB4.

El HB4, desarrollado por Bioceres, es el resultado de una colaboración público-privada de casi dos décadas con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y un grupo de investigación de la Universidad Nacional del Litoral, aunque es cuestionado por científicos que consideran que el herbicida que utiliza podría resultar dañino para el ambiente y las personas.

En este sentido, desde Bioceres afirman que el trigo HB4, posee mayor tolerancia al estrés hídrico que otras variedades convencionales, es una respuesta clara al calentamiento global y el cambio climático, pues permitirá seguir produciendo en un contexto cada vez más difícil de restricciones hídricas.

En tanto que, Federico Trucco, CEO de la biotécnica explicó tras darse a conocer el acuerdo que esperan "lograr un salto evolutivo en la relación del consumidor con el campo, dotándola de mayor transparencia y capacidad de respuesta".

En la vereda de enfrente, se encuentra la ambientalista, periodista y escritora Soledad Barruti, que desde la red social Instagram, calificó al acuerdo entre las empresas como "un nuevo experimento propuesto por una industria que hasta ahora solo nos dio más venenos, más desastres sobre la tierra y más comestibles horrendos".

"Ahora lo hacen metiéndose aún más adentro de este coso icónico -un alfajor que ya tenía bastantes problemas- cambiando la harina por trigo transgenizado para soportar un herbicida más tóxico que el glifosato -el glufosinato de amonio- y ofreciéndolo como una apuesta a la sustentabilidad", señaló Barruti

El debate sobre el trigo HB4 y sus usos no solo se relacionan al aspecto nutricional y los efectos que las modificaciones genéticas podrían causar a los consumidores. Con él también se abren cuestionamientos sobre la transición de la agricultura intensiva a una más orgánica, sobre los perjuicios de la no rotación de los suelos y el uso de agroquímicos.

Mientras tanto, desde Havanna, el CEO Alan Aurich, expresó al respecto: “Creemos que los avances científicos que fomentan el cuidado del ambiente y los recursos naturales son claves para el futuro y deben ser incorporados paulatinamente dentro de las lógicas de producción del mercado alimenticio”.

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