Bolsonaro dijo que no vacunará a su hija de 11 años y puso en duda la seguridad de las vacunas en niños
En las últimas semanas, Jair Bolsonaro está llevando adelante una embestida contra la vacunación pediátrica, incluyendo intimidación al personal técnico que autorizó el uso de Pfizer en niños. Se espera que la vacunación comience recién a mediados de enero.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 29-12-2021 10:10hs
El presidente brasileño dijo que no vacunará a su hija de 11 años ya que según él “la cuestión de la vacuna para niños es muy incipiente todavía, el mundo aún tiene muchas dudas”. Así lo manifestó este lunes 27, durante sus vacaciones en el estado de Santa Catarina.
Sin embargo, sus declaraciones contradicen al propio ministerio de Salud de Brasil, que en informes técnicos sostiene que la vacunación pediátrica es segura. Por otro lado, la Asociación Médica Brasileña expresó estar “integralmente a favor” del inicio de la vacunación. Tampoco es cierto que alrededor del mundo existan “muchas dudas” sobre la misma, más bien se trata de pequeños grupos en algunos países como Estados Unidos.
Yo pedí, extraoficialmente, los nombres de las personas que aprobaron a vacuna para niños a partir de cinco años. Queremos divulgar los nombres de esas personas, para que todo el mundo tome conocimiento.
En las últimas semanas, el mandatario brasileño está llevando adelante una nueva embestida contra las vacunas. Como es de costumbre, reproduciendo información falsa y manifestándose en contra de la vacunación. En esta oportunidad el blanco es la vacunación pediátrica, ya que, el pasado 17 de diciembre, el órgano técnico brasileño, Anvisa, autorizó el uso de la vacuna de Pfizer en niños, desencadenando la embestida de Bolsonaro.
Primero el presidente brasileño dijo, en una de sus habituales transmisiones en vivo por redes sociales, que divulgaría públicamente los nombres del personal técnico de la Anvisa que habían aprobado la vacunación pediátrica. “Yo pedí, extraoficialmente, los nombres de las personas que aprobaron a vacuna para niños a partir de cinco años. Queremos divulgar los nombres de esas personas, para que todo el mundo tome conocimiento”. Luego de esa intimidación pública, llegaron un total de 169 mails con amenazas al personal de Anvisa, algunas de ellas de muerte.
Para dificultar el inicio de la vacunación infantil, el Gobierno Nacional estableció que debía realizarse una audiencia pública para definir si se inicia el proceso de vacunación o no, con el argumento de que debían ser escuchadas las opiniones de la sociedad. No obstante, en Brasil no rige obligatoriedad para ninguna vacuna contra Covid-19, y menos aún para niños. La audiencia pública tampoco tiene sentido en tanto la seguridad de las vacunas es una cuestión técnica y científica. Se espera que para el 5 de enero, el ministerio de Salud tome una decisión final.
Un análisis frecuente en parte de los medios de comunicación brasileño es que la embestida contra las vacunas forma parte de la estrategia de Bolsonaro de mantener estimulada a su base de apoyo, a 9 meses de las elecciones presidenciales. Sin embargo, según un estudio del programa de las Naciones Unidas PNUD, de fines de noviembre, solo un 3% de los brasileños tiene dudas respecto a la vacuna, por lo que esa estrategia sería contraproducente. Por otro lado, el voto duro (o votantes fieles) de Bolsonaro ronda el 11%.
El gobierno de Bolsonaro también informó que cuando comience la vacunación pediátrica -algo que se estima para mediados de enero- será necesaria la autorización de los padres por escrito, además de una prescripción médica. El anuncio de la medida también es un claro intento de dificultar la vacunación o al menos arrojar un manto de duda sobre la misma. No obstante, 20 de los 27 gobernadores ya informaron que no solicitarán prescripción médica en sus estados en virtud de la necesidad de acelerar el proceso.
El inicio de la vacunación dependerá también del efectivo envío de vacunas por parte de Pfizer, que se espera suceda en enero. A diferencia de lo que hizo la Argentina, Brasil no ha reservado un stock de vacunas para iniciar inmediatamente la vacunación pediátrica.
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