Bolsonaro echó a su ministro de Salud
El presidente de Brasil terminó pidiéndole la renuncia a su ministro de Salud con el que venía teniendo un creciente enfrentamiento en relación a la política pública frente a la pandemia de coronavirus.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 16-04-2020 07:03hs
Luego de varias semanas de tensión, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro finalmente decidió echar a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta. Apenas comenzó la crisis del coronavirus, los conflictos entre ambos aparecieron. Es que mientras el presidente de Brasil bogaba por la continuidad de la actividad económica y subestimaba la gravedad del nuevo coronavirus, su ministro se ponía al frente de la campaña por el aislamiento social.
A los discursos diametralmente opuestos le siguió un juego de cruces verbales en declaraciones a la prensa que pasó de ser relativamente sutil a transformarse en un enfrentamiento abierto. El 7 de abril trascendió que Jair Bolsonaro había pretendido despedir al ministro de Salud, pero que había sido convencido de no hacerlo por parte del ala militar dentro del Gobierno. También habían colaborado en la decisión de no despedirlo las amenazas veladas de un juicio político, realizadas por líderes del Congreso Nacional.
A comienzos de abril, Bolsonaro había sido convencido de no echar a su ministro de Salud a partir de la opinión del ala militar de su gobierno y de varios líderes del Congreso
Henrique Mandetta vio mejorar su popularidad con la crisis del coronavirus. La aprobación a su trabajo llegó hasta el 75% según distintas encuestas, superando al ministro mejor ponderado por la opinión pública, Sergio Moro, y al propio presidente, quien cuenta con una aprobación en torno al 30%. Ese habría sido uno de los argumentos esgrimidos por el ala militar para evitar su dimisión hace algunas semanas: la salida de Mandetta produciría una crisis mayor. Militares mediante, Bolsonaro y Mandetta se dieron una tregua.
¿Qué cambió desde entonces para que Bolsonaro reincidiese en su voluntad de echar al ministro de Salud? Su discurso en pos de mantener la actividad económica ha hecho mella, aunque tímidamente, en los sectores más populares de Brasil, que dependen de los ingresos diarios de la actividad informal. Así lo sostuvo Rosa Pinheiro-Machado, una antropóloga brasileña que estudia la adhesión al bolsonarismo entre los sectores populares.
Para el General Hamilton Mourão, vicepresidente del Brasil, el ministro Mandetta "cruzó la línea" con sus declaraciones explícitamente contrarias al presidente
En las últimas semanas también fue notorio el creciente incumplimiento de la cuarentena y las medidas de aislamiento social en varias capitales. En San Pablo, según información del propio gobierno del Estado, el cumplimiento estuvo por debajo del 50%, cuando el gobernador pretende que el mismo llegue al 70%.
Sin embargo, el hecho que llevó a Bolsonaro a reconsiderar la dimisión del ministro fueron una serie de declaraciones de Mandetta en las que cargó contra el Presidente. El domingo pasado, durante una entrevista con la emisora Globo (uno de los blancos preferidos de Bolsonaro a la hora de criticar a los medios de comunicación) Mandetta dijo que los “brasileños no saben si tienen que escuchar al ministro o al presidente”, a la hora de seguir consejos contra el coronavirus.
La pérdida del apoyo de los militares fue la clave para la salida de Mandetta.
Esas declaraciones fueron vistas por el ala militar dentro del gobierno como una extralimitación de parte de un subordinado. Hamilton Mourão, Vicepresidente de la República y general de la reserva, manifestó que el ministro “cruzó la línea, no precisaba haber dicho determinadas cosas”. Otros militares dejaron trascender sus críticas en off. Así, la pérdida del apoyo de los militares fue la clave para la salida de Mandetta.
En cuanto a la gestión de la crisis del coronavirus, y dada la notoria inclinación de Jair Bolsonaro contra las medidas de aislamiento social, se abre un interrogante con la llegada de un nuevo ministro. ¿Cuál será su enfoque ante la crisis y qué repercusión tendrá ello en la diseminación del coronavirus en el país vecino? Cabe señalar que las medidas de aislamiento fueron tomadas y son sostenidas por los gobiernos estaduales y municipales, aunque bajo creciente presión en contra por parte del presidente.
Mientras el coronavirus se expande en Brasil a una velocidad que supera la de sus vecinos (con más de treinta mil casos y casi dos mil muertes), la inestabilidad de un gobierno envuelto en permanentes crisis abre un signo de interrogación en la región. Sin embargo, si de buscar certezas se trata, no se puede obviar el hecho de que, para despedir a su ministro de Salud, Bolsonaro precisó de la venia militar.