Desde el surgimiento de los primeros casos en Brasil, allá por el 26 de febrero, la actitud del mandatario ha sido la de subestimar la gravedad del virus y poner el foco en la necesidad de no frenar la actividad económica. Hasta la tarde del miércoles, el país cuenta con 2425 casos y 57 muertes.

El Presidente del Brasil definió al coronavirus como una “gripecita” y “resfriadito” y criticó a la prensa por generar “histeria” entre la población

El descontento se incrementó por la noche del martes 24/3, cuando Jair Bolsonaro se dirigió a los brasileños por cadena nacional para pedir a los intendentes y gobernadores que abandonen la política de cuarentena, retomar las clases y aislar tan sólo a los adultos mayores, ya que son la población de riesgo. Además volvió a referirse a la enfermedad por coronavirus como una “gripecita” y “resfriadito” y criticar a la prensa por generar “histeria” entre la población.

la población respondió con un octavo día de cacerolazos, esta vez más fuertes que los anteriores

Las respuestas al discurso del presidente fueron contundentes y desde todos los sectores. En primer lugar, la población respondió con un octavo día de cacerolazos, esta vez más fuertes que los anteriores. Además, el discurso fue duramente criticado por los presidentes de ambas cámaras del Congreso y los principales presidentes de bloques, por jueces de la Corte Suprema y por la mayoría de los 27 gobernadores, incluyendo a Ronaldo Caiado, gobernador del estado de Goiás y quien decidió romper su alianza con el presidente.

Bolsonaro ha decidido, al igual que otros líderes, privilegiar el aspecto económico sobre el sanitario ante la crisis desatada por el COVID-19

Jair Bolsonaro ha decidido, al igual que otros líderes, como Donald Trump en Estados Unidos, López Obrador en México, y anteriormente Boris Johnson en Reino Unido, privilegiar el aspecto económico sobre el sanitario ante la crisis desatada por el COVID-19. El argumento es que el parate económico producto de las medidas de contención terminará siendo más grave que el propio virus.

De allí que las medidas de contención, desde suspensión de eventos, clases y actividades comerciales, hasta la cuarentena, han sido tomadas gradualmente por municipios y provincias. En su discurso por cadena nacional, Bolsonaro se refirió a esas medidas como “política de tierra arrasada” y posteriormente acusó a los gobernadores de estar anticipadamente en campaña para las elecciones presidenciales de 2022.

El mandatario se refirió a las medidas de contención como “política de tierra arrasada” y acusó a los gobernadores de estar anticipadamente en campaña para las elecciones presidenciales de 2022 por continuar con las mismas

La llegada del coronavirus a Brasil se ha producido en un momento en que Jair Bolsonaro ha decidido radicalizar su discurso contra instituciones democráticas como el Congreso y la Corte Suprema.

el bolsonarismo realizó manifestaciones en apoyo al presidente y con consignas contra las instituciones.

El 15 de marzo pasado, y a pesar de que el país ya contaba con casos de coronavirus, el bolsonarismo realizó manifestaciones en apoyo al presidente y con consignas contra las instituciones.

Este miércoles (25/3), Bolsonaro expresó ante periodistas que Brasil puede “salir de la normalidad democrática”por causa del COVID-19, sin dar mayores precisiones al respecto.

En este momento, y con una evidente erosión de su popularidad, el principal respaldo institucional del que goza el gobierno proviene de las Fuerzas Armadas y especialmente por medio de los militares - en su mayoría de la reserva - que ocupan cargos en el Ejecutivo. Aun así, no está claro hasta dónde llega ese respaldo.

El mismo día del mensaje por cadena nacional, el Comandante del Ejército, Edson Pujol, afirmó que el coronavirus “tal vez sea la misión más importante de nuestra generación”, en un claro distanciamiento con el discurso presidencial.