Camelina sativa: la nueva alternativa invernal de buen rinde y rentabilidad
Se trata de un novedoso cultivo originario del norte de Europa que es utilizado para fabricar aceite industrial, alimenticio y farmacéutico.
Por Natalia Marchesi | 27-06-2021 02:00hs
La Camelina sativa, perteneciente a la familia de las brassicaceae, es una especie oleaginosa procedente del norte de Europa que se adapta muy bien a toda la región agrícola argentina, desde Salta hasta La Pampa y el extremo sur bonaerense, mostrando muy buenos resultados en productividad y calidad de granos.
Este cultivo, cuyos granos son utilizados para fabricar aceite industrial, alimenticio y farmacéutico, es también conocido como falso sésamo o falso lino y se caracteriza por ser económico, con alta rusticidad y de ciclo de producción muy corto, adaptándose muy bien al frío y eficientizando el uso de recursos. Además, no presenta problemas de enfermedades ni de insectos y es eficaz para limpiar los campos para los próximos cultivos de cereal.
La fecha ideal para sembrarlo en la región agrícola central es entre el 20 de mayo y el 25 de junio y su cosecha se realiza desde fines de octubre hasta principios de noviembre.
Al respecto, Federico Varela, director de la firma Chacraservicios que se dedica a la producción, comercialización y exportación de Camelina sativa entre otros productos, explicó, que el aceite de este cultivo es destinado para varios usos, como la alimentación animal, la industria farmacéutica y también para consumo humano gracias a su alto contenido de Omega 3.
Sin embargo, la mayor demanda de Camelina sativa proviene de los biocombustibles, especialmente para Jet Fuel, por ser un cultivo de bajo impacto, con una huella de carbono positiva, y al certificarse presenta una diferencia de valor comparado a otros aceites vegetales como el de soja o palma.
Acerca de su rendimiento, en la región agrícola central, alcanza entre 1.000 y 1.600 kilos por hectárea y en el sur 1.800 kilos. No obstante, en ensayos se obtienen rindes por más de 2.500 kilos.
Con respecto al valor que paga el productor, Varela explicó que “es el mismo precio valor soja pizarra del Mercado de Chicago, sin retenciones, que a principios de junio era de unos 600 dólares la tonelada“.