Buenas noticias para la biotecnología argentina: el martes pasado, según informó la empresa Bioceres, la Agencia Canadiense de Salud y la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos aprobaron la soja HB4 tolerante a la sequía y a herbicidas. Esta variedad de soja HB4, fue desarrollada en la Argentina por la empresa mencionada, a partir del trabajo de científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

“Con aproximadamente 2,5 millones de hectáreas cultivadas cada año y con rendimientos generalmente por debajo de las tres toneladas por hectárea, las regiones de producción de soja de Canadá son adecuadas para el valor que puede aportar HB4”, explicó Bioceres en un comunicado.

De esta forma, la soja HB4 expandirá su radio de acción en la agricultura de los mercados del hemisferio norte. “Los esfuerzos de mejoramiento genético en curso para la región de Dakota y Minnesota, en los Estados Unidos, ahora se expandirán al sur de Canadá, lo cual representa un total de 10 millones de hectáreas seleccionadas con las variedades de soja HB4”, añadió la empresa.

Esta variedad cuenta con la aprobación para el cultivo en Estados Unidos, Brasil, Paraguay y la Argentina, lo que representa el 85% del área mundial. Está pendiente de su autorización para importar en China, el principal comprador de soja a nivel mundial.

La empresa Bioceres destacó que “la agricultura canadiense es pionera y líder mundial en sistemas de producción de identidad preservada”. Eso, añadieron desde la empresa, coincide con los programas de la Generación HB4 en los que la compañía utiliza “prácticas de agricultura regenerativa junto a un proceso de trazabilidad integral”.

Sobre la empresa

Bioceres (oficialmente, Bioceres Crop Solutions Corp.) es una empresa argentina, oriunda de Rosario, que se dedica a la biotecnología agropecuaria y que cuenta con un amplio portfolio en semillas de trigo y soja. La empresa surgió en diciembre de 2001, con el aporte de 23 socios fundadores, todos productores agrícolas, con el objetivo de crear cultivos más eficientes, tolerantes a los embates del clima y que resultaran en campañas más rentables.

En 2004, Bioceres se asoció con Biosidus, compañía argentina de biofármacos, y Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) para crear Indear (Instituto Nacional de Agrobiotecnología de Rosario), una empresa de investigación y desarrollo en biotecnología. En 2009 tomó posesión de la parte del paquete accionario que correspondía a Biosidus, quedando como único socio privado.

En marzo de 2019, Bioceres anunció la compra del 80% de Rizobacter Argentina SA. Y se tranformó en la primera empresa argentina en cotizar en la Bolsa de Wall Street, cambiando su nombre a Bioceres Crop Solutions Corp.

En cuanto a la comercialización de sus productos, el 75% de sus ventas son nacionales, mientras que el resto se exporta a países de la región, como Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Colombia y resto del mundo. Y tienen una fuerte presencia en el mercado de Estados Unidos.

Federico Trucco, director ejecutivo de la empresa, cree que Argentina “puede liderar en biotecnología a nivel internacional”, según declaró en una entrevista concedida al medio Perfil el mes pasado. En esa ocasión, también explicó que ellos decidieron invertir en un espacio distinto al que tradicionalmente ha sido atendido por las grandes compañías biotecnológicas. Sostuvo que: “No buscamos desarrollar cultivos que nos permitan vender más un producto químico que nos es propio, como puede ser un herbicida, sino que buscamos desarrollar cultivos que sean más resilientes a las situaciones ambientales fluctuantes que tenemos en la agricultura mundial”. Y agregó que: “Entonces ya por definición trabajamos más sobre aspectos ambientales que sobre aspectos de control químico de enfermedades y plagas o lo que es el segmento de protección de cultivos”.

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