En este momento del año, el sur de la provincia de Buenos Aires comienza a planificar la próxima campaña de siembra fina, que abarca los cultivos de trigo, cebada, avena y centeno. Con miras a obtener resultados óptimos, es clave tener en cuenta determinados factores como la selección del lote, las variedades y las fechas óptimas de siembra, una fertilización apropiada, junto con un adecuado control de malezas y un conocimiento de los herbicidas empleados previamente.

El lote y sus características

Desde la Chacra Experimental Integrada Barrow del INTA(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), ubicada en la localidad de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires, Liliana Wehrhahne, responsable del Ensayo de la Red de cebada de la Chacra, explicó que para obtener buenos resultados es importante conocer la historia del lote en donde se va a sembrar la cebada. Saber que cultivo se sembró previamente, que herbicidas se aplicaron y conocer el estado de los nutrientes del suelo.

En este sentido, resaltó la importancia de que el lote esté libre de malezasy aclaró que al realizarse la mayor parte de la siembra de manera directa, el barbecho se hace con herbicidas para mantenerlo limpio. Sin embargo, es esencial conocer qué herbicidas se aplicaron previamente, la dosis y y la residualidad, ya que algunos duran mucho tiempo en el suelo y pueden generar un problema en el cultivo siguiente.

Asimismo, la especialista recomendó no sembrar cebada en un lote que tuvo cebada en la campaña anterior, ya que en el suelo y en el rastrojo pueden perdurar enfermedades y plagas que pueden llegar a perjudicar el nuevo cultivo. No obstante, si el grano es destinado a maltería, se tiene que cultivar en el mismo lote que en la campaña precedente para  mantener la pureza varietal.

Elección de la variedad

Generalmente, cuando la cebada es destinada a maltería, el productor suele tener un convenio previo con alguna empresa que disponen de diversas variedades. En caso contrario, puede destinar la producción a exportación de grano forrajero, para alimentación del ganado o usarlo para reserva forrajera como silaje de planta entera.

Con respecto a usos no industriales de la cebada, la variedades obtenidas en el marco del programa de mejoramiento genético del INTA Bordenave, como Ainara INTA, Sara INTA, Silera INTA y la nueva Militza INTA, poseen una óptima actitud para la producción de grano y se utilizan para la confección de silaje de planta entera.

Se debe considerar que cada variedad tiene una fecha adecuada de siembra: Montoya, Charles y Overture pueden sembrarse desde los primeros días de junio, Ainara INTA y Militza INTA son de ciclo largo para siembra de junio y  Sara INTA y Silera INTA son de ciclo intermedio y se pueden sembrar en julio.

Por último, conocer la sanidad de la semilla es fundamental, especialmente si es propia, ya que pueden transmitir muchos patógenos que es posible eliminarlos con un buen tratamiento fungicida. En caso de no realizarlo, se podrán introducir enfermedades en el lote que previamente no existían.

Fertilización

Es oportuno realizar un análisis apropiado del suelo para conocer el contenido de fósforo y nitrógeno, como así también de azufre. De esta manera, el fertilizante se aplicará en función de los valores registrados en el suelo y del rendimiento esperado. 

En el caso de la fertilización con fósforo, se sugiere que sea realizada en suelos con un contenido menor a 20 ppm (P Bray), mientras que en la que se realiza con nitrógeno, debe considerarse el rendimiento y el porcentaje de proteína del grano al ser una de las características importantes para la comercialización.

Fuente INTA