Si bien la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) afirmó que no hay evidencia de que el coronavirus se pueda transmitir por alimentos, autoridades sanitarias de la ciudad china de Shenzhen detectaron rastros de coronavirus en un lote de alitas de pollo importadas de Brasil.

El pollo congelado con rastros de COVID-19 proviene de la planta procesadora de pollo y cerdo Aurora, ubicada en el sur de Brasil. A partir de la confirmación de lo detectado por China, el país exportador que venía siendo uno de los mayores proveedores de pollo congelado de China, junto con Argentina y Tailandia, está preocupado por las consecuencias que pueda tener ésta situación en las exportaciones.

Todos los que tuvieron contacto con el lote fueron hisopados y dieron negativo.

De acuerdo a lo que afirmó el medio Global Times, todos los que tuvieron contacto con el lote fueron hisopados y dieron negativo. Y, pese a que la presencia del virus en las alitas de pollo resultó inocuo para quienes estuvieron en contacto con el embarque, los productores argentinos se alarmaron a partir de la posibilidad de que lo detectado genere trabajas a la actividad exportadora.

El titular de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), Gustavo Idígoras, aseguró hace un mes que temen “la aparición de nuevos requisitos que está intentando imponer china” y agregó que “los pedidos de embarques covid free son absolutamente injustificados desde el punto de vista sanitario”, ya que podría devenir en “inconvenientes y costos extras (…) que no están justificados por la ciencia”.

Cabe destacar que China ya había detectado rastros de coronavirus en un embarque de camarones provenientes de Ecuador que motivó que suspenda las importaciones de tres empresas.

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