Como en todos los aspectos sensibles de la vida, la salud es un hecho que requiere la mayor cantidad y calidad de información posible. Dentro de esa lógica, el coronavirus no se encuentra exento. Hasta ahora, la información fehaciente  por parte de entidades de salud y la comunidad científica confirman que el Mercado de Wuhan fue el disparador de este virus de rápida propagación y que hasta ahora no existen antibióticos o vacunas que prevengan la enfermedad; también entidades dieron a conocer que la cifra oficial de infectados alrededor de 6000 personas hasta el momento.

Sin embargo, la difusión de un vídeo de una supuesta enfermera de la ciudad china de Wuhan (epicentro del brote) detona la confianza que se tiene acerca de las cifras oficiales: la mujer cuya identidad no ha sido revelada, afirma que son 90.000 infectados y que la situación es mucho más crítica de la que el gobierno chino está dispuesto a reconocer, ya que volvería a recaer en la crítica por la falta de acción como sucedió con el brote de SARS (Síndrome respiratorio agudo grave).

Es importante recordar que cuando el brote de SARS se desató, China ocultó la gravedad: la epidemia fue informada oficialmente en febrero del 2003 cuando su comienzo real fue en noviembre del 2002, tiempo en el que el régimen chino se ocupó de censurar a todo tipo de información relativa al virus. La decisión confesa de censurar provocó que la propagación del virus se diese de manera desprevenida: cientos de personas que estaban infectadas con la enfermedad y no conocían el riesgo o la existencia del SARS continuaron su vida habitual hasta que la verdad no pudo ser contenida por más tiempo, situación que culminó con treintenas de países infectados, 8,096 personas portadoras del virus y 774 víctimas.

Múltiples medios internacionales denuncian que las cifras oficiales "no cierran".

Cuando el encubrimiento del SARS por parte del gobierno chino se hizo público, el ministro de Salud de entonces, Zhang Wenkang y el Alcalde de Beijing, Meng Xuenong, fueron destituidos por haber sido culpados de ocultar datos, en medio de un rechazo internacional por su descuido y desinterés por la salud publica internacional.

Como toda teoría "conspirativa", la declaración publicada por la presunta enfermera no puede ser confirmada si no existe la voluntad del Gobierno Chino de ser transparente con la información, pero múltiples medios internacionales denuncian que las cifras oficiales "no cierran": Pasó casi un mes desde el primer caso oficial hasta el reconocimiento oficial por parte del gobierno chino y la aplicación de cuarentena para la ciudad de Wuhan. En ese mes, por sentido común, es posible asegurar que se hicieron muchos traslados dentro del país y fuera, es decir, que Wuhan no sería la única ciudad infectada y que la medida de poner en cuarentena a ésta es deficiente.A su vez, en el video, laenfermera denuncia la falta de provisiones de seguridad dentro de Wuhan para evitar el contagio y apela a la solidaridad internacional de "enviar barbijos, guantes y trajes de seguridad".

Las razones por las cuales aseguran que el gobierno chino estuvo ocultando la verdad, son principalmente para "preservar la ilusión de que la situación está controlada", dentro de un panorama internacional en el que China está relativamente apaleada por los diversos problemas alrededor de su república: una economía en crisis, la afección de la peste porcina africana, entre otros. Cancelar la celebración del Año Nuevo Lunar chino y reconocer su inacción ante la epidemia solo colaboraría a confirmar la crisis que atraviesan.

Sólo cabe esperar e ir siguiendo la epidemia para saber si China oculta información o si aprendió la lección con el SARS