El Consejo de Derechos Humanos (CDH) adoptó esta semana una resolución que establece, con carácter de urgencia, la creación de una comisión internacional independiente, para que investigue las presuntas violaciones y abusos de las garantías fundamentales en el territorio ocupado palestino, incluida Jerusalén Oriental, y en Israel, cometidas desde el 13 de abril de 2021.

La resolución, tomada en una sesión urgente del CDH de la Organización de las Naciones Unidas, convocada a petición de más de 60 países, recibió 24 votos a favor, 9 en contra y hubo 14 países que se abstuvieron de votar.

Cinco países de América Latina votaron a favor: Argentina, Bolivia, Cuba, México y Venezuela. Ninguno de ellos condenó los ataques de Hamás.

Europa no tuvo una posición única, Alemania y Austria rechazaron la resolución por considerar que estaba demasiado enfocada en culpabilizar a Israel y no cubría suficientemente las responsabilidades del grupo terrorista Hamás (que gobierna de facto Gaza desde 2007), que disparó más de 4.000 cohetes contra Israel en los once días que duró el conflicto, mientras que Francia prefirió abstenerse.

En la apertura de la sesión extraordinaria, Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU (Organización de Naciones Unidas) para los Derechos Humanos, advirtió: “Si resulta que el impacto sufrido por civiles y bienes materiales civiles ha sido indiscriminado y desproporcionado, este ataque podría constituir un crimen de guerra”.

Bachelet dijo también que los israelíes están protegidos por un sistema de interceptación y desvío de cohetes conocido como “Cúpula de Hierro”, y una de las mejores fuerzas armadas del planeta, mientras que los civiles palestinos carecen de cualquier defensa.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó de “vergonzosa” la decisión, diciendo que era “otro ejemplo de la flagrante obsesión antiisraelí del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.

El movimiento islamista Hamás dijo “saludar” la investigación, mientras que la Autoridad Palestina la calificó de “un paso hacia adelante” para la protección de los derechos humanos de los palestinos.

Misión de la nueva comisión

La resolución aprobada encarga a la nueva comisión, cuyos miembros deberán ser designados por la presidencia del CDH, en estos momentos a cargo de Fiji, que investigue lo ocurrido, no desde el pasado 6 de mayo, fecha que se considera el inicio de los enfrentamientos, sino desde el 13 de abril. Y que registre y preserve toda la información que encuentre y que pueda servir de prueba en eventuales procesos legales, que identifique a los responsables de las violaciones y que recomiende medidas que podrían servir para hacer justicia.

Según el diario The New York Times, el conflicto en Gaza tuvo su origen cuando un grupo de policías israelíes entró en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén para cortar los cables de los altavoces que transmitían las oraciones desde los minaretes, y así evitar que el sonido tapara el discurso conmemorativo que se iba a pronunciar en el “Muro de las Lamentaciones”, el lugar más sagrado del judaísmo y situado al pie mismo de la conocida “Explanada de las Mezquitas”, en el mismo complejo. Posteriormente, empezaron las protestas contra el desalojo de familias palestinas que vivían en Jerusalén, situación que las fuerzas de seguridad israelíes intentaron dispersar.

Asimismo, la nueva resolución pide a los Estados que se abstengan de transferir armamento cuando exista el riesgo de que éste pudiera ser usado para cometer nuevas violaciones graves de los derechos humanos.

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