Canadá, Uruguay, España, Estados Unidos y Suiza son algunos de los destinos que eligieron algunos argentinos para comenzar una nueva vida. Hoy se encuentran atravesando la experiencia de sobrellevar el coronavirus. Con un entorno social, económico, político y sanitario diferente al nuestro, les preguntamos ¿cómo están llevando adelante está situación? Compartimos sus sentidos testimonios.

Graciela Gabica, Toronto, Canadá, profesional de terapias holísticas. Reside hace 24 años.

En Canadá, el gobierno optó por medidas económicas muy buenas. A todos los que perdieron o no tienen trabajo (estén o no cubiertos por el seguro de desempleo), les envía 2000 dólares por mes por los próximos 4 meses. Lo mismo para los trabajadores autónomos y próximamente para estudiantes (ya que aquí ellos trabajan durante el verano). A los jubilados se les envía un suplemento de 500 dólares extra por los próximos 4 meses. A las empresas se les ofrece pagar el 75% de los haberes, para que mantengan a su personal. Y prestamos a una taza de interés del 0.15% anual para aquellas empresas que lo necesiten. Se postergaron las presentaciones y pagos de los impuestos por 6 meses y lo mismo se hizo con los préstamos de estudiantes universitarios.

El gobierno decretó que nadie puede ser desalojado por falta de pago de alquiler durante esta crisis. Tenemos un sistema de salud pública gratuita, contamos con un médico de cabecera, la atención es por teléfono y nos asesora o deriva al especialista correcto.

Muchas empresas adaptaron su producción a las necesidades actuales, materiales para el sector de la salud, algunas lo hacen de forma gratuita y otras simplemente cambiaron de rubro.

Se pidió a todos aquellos inmigrantes que tuviesen experiencia médica -pero que aún no tuvieran su validación-, que se acercaran a los centros de salud, para ser tomados de acuerdo a su capacidad con un salario acorde por sus tareas.

Graciela Gabica: "Es importante que todos aprendamos algo durante este tiempo, que veamos que nuevas posibilidades tenemos y seamos productivos".

María Arias Uriburu, Colonia, Uruguay. Trabaja en emprendimientos de moda. Reside hace 23 años.

Estoy súper orgullosa de cómo tomó y cómo se manejó el presidente uruguayo con el tema del coronavirus. Acá no se hizo una cuarentena obligatoria para evitar lo que está pasando en Argentina. Hay decisiones que tomó el gobierno argentino que hace que a uno le de un poquito de vergüenza, dejó a la deriva a muchos. La humanidad que hay en el Uruguay no la veo en la Argentina.

Elizabeth Spagarimo, Segovia, España. Reside hace 13 años.

Mi visión sobre la situación que estamos atravesando es pésima, el Gobierno español no respondió a tiempo, se preocupó mucho más por la economía que por las vidas humanas, sin importar el dolor de un país. Aplaudo a mi presidente, Alberto Fernández. En Argentina si se tomaron las medidas correctas.

A diario hablo con mis padres que están en Argentina, ellos son parte del grupo de riesgo, ya que son mayores, y desde el primer momento les informé y hasta lloré para que se concienticen de que esto no era una tontería. Cuando aquí estábamos pasando por uno de los peores momentos de incertidumbre y dolor durante las primeras semanas, allí recién comenzaba. Costó mucho que entendieran y no pensaran que estaba muy afectada y exageraba.

Mi día a día es mucho más feliz porque tengo un niño de 14 meses que me alegra la vida, el se acostumbró a estar metido dentro.

Aldana Vales, Washington, Estados Unidos. Program manager. Reside hace 2 años.

Hay tres cosas que son complicadas acá: la primera es la ansiedad que causa saber que estás en el país con más casos. La segunda es que, incluso con seguro médico, la posibilidad de agarrarse el virus y que eso lleve a una internación, es terrible debido a que los costos son altísimos. La tercera es estar lejos. Yo puedo hablar con mis viejos por WhatsApp o estar en contacto con el resto de mi familia, pero no es lo mismo y es muy fea la sensación de saber que, si pasa algo en Argentina, no voy a poder viajar.

Ignacio Lagger, Lausana, Suiza

Consultor externo en el Comité Olímpico Internacional. Reside hace 1 año.

La vida acá es muy fácil, todo funciona bien y no hay mayores complicaciones más que adaptarse a los horarios de los comercios que cierran más temprano a lo que estamos acostumbrados.

En Suiza no se decretó una cuarentena obligatoria, por lo que la gente puede transitar libremente, siempre respetando el distanciamiento social. Se decretó el cierre de todos los locales comerciales que no estén relacionados con la venta de alimentos o farmacias y no se permiten reuniones de más de 5 personas.

Algo difícil, habiendo nacido en Argentina, es reducir el consumo de carne. Acá es uno de los productos más caros y en tiempo de coronavirus es todo aún más difícil. El chocolate no reemplaza a la carne. Extraño los asados con gente, chistes y amigos. De todas formas a raíz de esta situación debo volver a Francia de dónde es mi Visa inicial.