Cómo la cuarentena cambió nuestros hábitos de consumo
El Instituto de Investigación Tecnología de Alimentos (ITA) lanzó una encuesta para determinar las nuevas conductas de los consumidores debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio. Un resultado preliminar indica que la gran mayoría modificó sus hábitos, marcando principalmente una disminución en la compra de alimentos listos para consumir.
Por Valeria Pirotta | 11-07-2020 11:30hs
Debido a la pandemia de COVID-19 que amenaza el planeta, en Argentina el 20 de marzo de este año se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. La medida del Gobierno nacional para disminuir la propagación del coronavirus estableció, de esta manera, la denominada cuarentena, que si bien ya se prolongó más allá de la cantidad de días que su etimología señala, remite, en un sentido médico, a un estado de aislamiento preventivo para evitar la propagación de enfermedades.
La cuarentena hizo que la gran mayoría de la población (a excepción de las actividades esenciales) permanezca en su casa. Pero no solo eso, la imposibilidad de trasladarse en distancias superiores a lo razonablemente posible a través de una mera caminata, sumado al temor infundido por la circulación viral de la enfermedad, provocaron inevitablemente cambios en los hábitos de consumo y de alimentación.
Por esta razón, y preocupados por obtener información confiable que permita desplegar nuevas estrategias de comercialización y producción dentro de la cadena agroalimentaria, el Instituto de Investigación Tecnología de Alimentos (ITA) lanzó una encuesta para determinar estas nuevas conductas de los consumidores.
Carolina Maitía y Trinidad Soteras, integrantes del área de Procesamiento, Análisis Físicos y Sensoriales del ITA, dependiente del Centro de Investigación de Agroindustria (CIA) diseñaron la encuesta para identificar las características del comportamiento de la población, a raíz del aislamiento, tanto en relación con su provisión como al modo de consumo y alimentación en sus hogares.
En palabras de Trinidad Soteras, especialista en calidad e inocuidad agroalimentaria “el objetivo de la investigación, que continúa siendo ampliada, se centra en la comprensión de las necesidades actuales y futuras de los consumidores y se espera que sea de utilidad para toda la cadena de valor”.
Resultados preliminares
Los primeros datos arrojados por un total de 430 personas de 14 provincias del país, indican que la gran mayoría de los encuestados modificaron la modalidad habitual de compra de alimentos y adoptaron medidas preventivas para higienizarlos durante el aislamiento.
Más precisamente, informó el CIA que cerca del 85 % reflejó que se modificó la modalidad habitual de compra de alimentos por múltiples factores, entre ellos, alrededor del 60 % de los consumidores manifestó inconvenientes en la adquisición de ciertos productos debido a la falta de comercios de cercanía. Sin embargo, un porcentaje similar señaló como causal la imposibilidad o temor de salir a realizar compras, cuestiones económicas, el cierre de comercios específicos y otras razones no detalladas.
Por otro lado, la encuesta indicó que un 69% siente preocupación por el contagio a través de envases, bolsas o cajas que se utilizan a lo largo de la cadena de adquisición de alimentos. Al respecto, en un 90% de los hogares se adoptaron medidas preventivas en este sentido, destacándose como sanitizante de los productos adquiridos la lavandina, seguida por el alcohol, el jabón y el detergente.
Así mismo, respecto a los alimentos, un 85% manifestó inquietud por la transmisión del virus a través de los mismos, en especial en personas de rango etario entre los 51-60. En ese sentido los productos frescos sin cocción y expuestos sin envase en los puntos de venta, como frutas, hortalizas, algunos fiambres fueron los que mayor recelo causaron.
Por último, el documento difundido indica que la disminución de compra más marcada se observó en los alimentos listos para consumir, seguidos por los productos congelados, snacks, bebidas gaseosas y jugos, frutos secos, dulces, conservas, quesos y fiambres. En referencia a comidas preparadas y listas para consumir, el 71 % admitió haber reducido su consumo por motivos como la mayor disposición de tiempo para cocinar, temor al contagio y factores económicos.
El ITA y el CIA indican que la encuesta se realiza de forma anónima y la convocatoria aún se encuentra abierta para recolectar información de 1000 hogares. Para realizarla click aquí!
Conclusiones
El instituto indicó que en base a estos resultados preliminares, es esperable cambios en forma de comercialización de ciertos productos y el uso de tecnologías alternativas para asegurar la inocuidad. Por ejemplo, el documento señala tecnologías no térmicas como aplicación de radiación UV, ozono, agua electroactivada, entre otras para el fraccionamiento de alimentos, y así evitar la contaminación en dicha etapa.
Es importante destacar que no se conoce cuál será el alcance de la pandemia y es razonable pensar que de prolongarse en el tiempo las cadenas agroalimentarias deberán adaptar sus esquemas productivos respecto a los cuidados sanitarios, de logística y comercialización, debiendo fortalecer la compra virtual.
En cuanto al temor de la población por el contagio a través de alimentos, Soteras afirmó que “esta realidad debería ser abordada de manera racional desde varios enfoques. Se destaca la importancia de la difusión de campañas informativas y educativas sobre los alimentos y el SARS-CoV-2 que aborden integralmente el manejo adecuado de los alimentos”.
Por último, la especialista expresó que “los cuidados que hay que tener con los productos que se consumen en fresco y se comercializan sin envase son los mismos que ya deberíamos tener incorporados para evitar cualquier contaminación previa a la pandemia”.
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