Con la incorporación de sandías anaranjadas y de cáscara negra se amplía la diversificación de cultivos de las Yungas
Una familia emprendedora de la localidad de Palma Sola sumó estas variedades luego de su experiencia con la introducción de sandía amarilla en 2019.
Por Pamela Portigliatti | 12-09-2021 03:55hs
Dado el gran potencial de la región biogeográfica de las Yungas, el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción de Jujuy fomenta la incorporación de cultivos de buen rendimiento que contribuyan a la ampliación de la matriz productiva de la provincia. Con el apoyo del INTA, acompañan a agricultores familiares locales para generar mejores oportunidades a través del asociativismo entre productores y salidas sostenibles al mercado.
A la apuesta por los cultivos de origen nativo, las plantas con propiedades medicinales y las frutas exóticas como pitaya, carambola y la sandía amarilla se suman la sandía anaranjada y la de cáscara negra. Estas últimas y novedosas variantes llegaron a la región de la mano de la familia Peralta de Palma Sola, una localidad ubicada a 160 kilómetros de la capital provincial.
En 2019, la sandía amarrilla o “sandía melón” fue la primera en introducirse al mercado local. El año pasado la producción pasó de 500 a 4.000 plantas, vendiéndose el 90% de la fruta en el mercado local. Luis Peralta, comentó que la semana pasada concretaron las primeras plantaciones de las nuevas variedades y que esperan una buena cosecha para el mes de noviembre próximo.
Con semillas provenientes del continente asiático, las 3 versiones de Citrullus lanatus son iguales a la roja en sabor y frescura. Mientras la sandía roja concentra un alto nivel de licopeno, la misma sustancia que hace que los tomates sean rojos, mutaciones genéticas alteran el color de la pulpa y cáscara. En el caso de la amarilla, la pulpa toma este color por la alta presencia de carotenoides, pigmentos vegetales naturales que genera el proceso de la fotosíntesis.
En tanto la sandía anaranjada equilibra las células pigmentarias de licopeno y betacaroteno (presente en las zanahorias), arrojando como resultado el color y aspecto de su interior. La variedad de cáscara negra mantiene el color rojizo en su interior pero se caracteriza por no contener semillas.
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