El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró Áreas Libres de Lobesia botrana al departamento de Concordia, ubicado en la provincia de Entre Ríos, y la localidad salteña de Cafayate. La medida fue publicada con fecha 5 de julio en el Boletín Oficial, a través de la Disposición 400/2021, de la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa.

Desde la entidad lo describieron como un "logro fitosanitario", ya que luego de la detección de la plaga en los cultivos de vid de ambas zonas y los de arándanos en Concordia, en el año 2017, desde el Senasa se implementaros medidas fitosanitarios que concluyeron exitosamente, erradicando la Lobesia botrana.

A su vez sostuvieron que "es importante destacar que esta declaración representa un reconocimiento clave para la Argentina, ya que se trata de uno de los pocos casos a nivel mundial en cuanto a recuperar un estatus de zona libre de polilla de la vid".

Las medidas para contener y detener la plaga fueron implementadas a través del Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana del Senasa. Este programa declaró en 2010 la Emergencia Fitosanitaria que estableció una red de monitoreo en todas las zonas de producción vitivinícola del país, incluidas la localidad de Cafayate y el departamento de Concordia. Y en el año 2014 incorporó a la red de monitoreo todas las zonas de producción de arándanos del país.

La Lobesia botrana es una plaga cuarenterania, conocida comúnmente como "polilla de la vid", que ataca principalmente el cultivo de vid. Entre los principales daño que genera se encuentran las pérdidas en los volúmenes de producción, el menor rendimiento por planta, y afecta además la calidad de la fruta, en el caso de la vid tanto para el consumo en fresco como para vinificación.

Por eso, para aquellos establecimientos productivos de vid y arándanos en estas zonas la declaración de Áreas Libres de Lobesia botrana implica varios beneficios. Antes que nada, debido a la ausencia de daño en los cultivos por esta plaga se incrementa la producción y la calidad de la fruta. Además, al no tener la plaga no deben realizar medidas de control específicas para la misma, se levantan las restricciones o requisitos específicos para comercializar su producción y esto implica una disminución en los costos y la posibilidad de acceso a nuevos y mejores mercados.

Finalmente, desde el Senasa informaron que los resultados alcanzados y este logro fueron posibles "gracias al involucramiento de las asociaciones de productores junto con sus comunidades, los gobiernos provinciales y municipales, y otras instituciones nacionales como los institutos nacionales de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Vitivinícola (INV) que han tenido un rol fundamental en la definición y consenso de las medidas necesarias para implementar".

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