Crece la demanda de proteínas alternativas a la carne
Por Patricio Detto | 12-10-2020 04:02hs
En un informe publicado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) se detalla el crecimiento de las legumbres como alternativa al consumo de carne. Como principales causas de este fenómeno se detallan la mayor conciencia ambiental, el aumento del proteccionismo animal y una mejor calidad de vida basada en el cuidado de la salud. Esto se combina con consumidores más exigentes y más informados, preocupados por la calidad de los alimentos que adquieren.
La Argentina es el país con mejores chances del mundo de satisfacer estas necesidades y abastecer este mercado en alza.
Según las estadísticas de empresas y organizaciones internacionales, un fenómeno que se está expandiendo es el consumo de carne de manera ocasional. A este nuevo consumidor se lo denomina vegetariano flexible o flexitarianos. Según una reciente investigación de mercado realizada por Innova Market Insights, Alemania lidera este movimiento con un 69 % de su población que reconoce consumir carne una vez a la semana, seguido por el 53 % en el Reino Unido y el 38 % en Estados Unidos. Una reciente encuesta sobre los hábitos de los consumidores realizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) mostró que un tercio de los consultados declaró haber reducido la proporción de carnes en la alimentación.
Entre los alimentos emergentes que se posicionan como reemplazo de la carne se destacan las legumbres, semillas, granos y cereales ancestrales o cultivos andinos, y los frutos secos. Entre estas alternativas, sobresalen las legumbres. Arvejas, lentejas y garbanzos se presentan como alternativas promisorias. En esta línea, aseguran que, para nuestro país, se trata de “una oportunidad para emprender con éxito”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca las propiedades de este alimento y lo consideran como uno de los más nutritivos del planeta y extraordinariamente beneficioso para la salud.
Gabriel Prieto, referente del INTA en cultivos de invierno, subrayó que “una de las principales ventajas que tiene la incorporación de legumbres en los esquemas productivos, a diferencia de los cereales, es la capacidad de fijar nitrógeno del aire, mediante la simbiosis con bacterias específicas, y mejora la estructura del suelo a partir de rotaciones más intensas en siembra directa”.
Según estimaciones privadas del sector calculan una proyección de crecimiento de hasta el 20 % en los próximos años en la demanda de alimentos de origen vegetal y análogos de la carne las que ubican a las leguminosas en un rol protagónico. Para Prieto, “la Argentina es el país con mejores chances del mundo de satisfacer estas necesidades y abastecer este mercado en alza”. De acuerdo con el especialista, nuestro país presenta ventajas competitivas clave tales como la bondad de sus inviernos y la fertilidad de sus suelos, con menores costos que implica la fertilización o riego. Es que, según detalló, las legumbres de invierno –arveja, lenteja y garbanzo– se siembran en invierno sin resignar a los cultivos de verano como soja y maíz. Además, no compiten con otros cultivos de invierno como la cebada o el trigo.
Para el referente del INTA, cortar la harina de trigo con harina de legumbres en la industria panificadora implica potenciar el aporte adicional de proteínas y de otros nutrientes tales como hierro y zinc a los alimentos. También puede ser incluida en otras recetas y sumarlo desde las golosinas hasta los fideos.
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