Crónica de una pandemia anunciada
Por Patricio Detto | 26-03-2020 11:30hs
Si bien para la mayoría de la población el concepto de coronavirus resulta algo novedoso, para médicos, investigadores y personal relacionado a la salud no es algo nuevo. La Organización Mundial de la Salud explica que “los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)”.
En Argentina, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) estudia estos virus hace ya varios años. El Coordinador del Programa Nacional de Salud Animal del INTA, Ariel Pereda informó: “En el INTA tenemos experiencia en estudiar coronavirus en bovinos, en aves domésticas y silvestres, en porcinos y hasta en murciélagos. Los coronavirus son patógenos que están indicados desde hace mucho tiempo como de gran potencial pandémico”.
Asimismo, el especialista no dudó en asegurar que “esta crisis sanitaria tiene el mismo perfil de otras tantas como la influenza, el MERS o el SARS”. Es que, para Pereda, “en los últimos 30 años, el 80 % de las crisis sanitarias son por virus que saltan la barrera de especie y se transmiten desde los animales a los humanos, enfermedades conocidas como zoonosis”.
En INTA hace muchos años que estudiamos esa frontera para entender la interface humano-animal y cuál es el potencial de algunos patógenos para cruzar la barrera de especie.
Entre los diversos motivos, por los cuales estas enfermedades cruzan la barrera de los animales a los humanos, Pereda destacó la intensificación de las producciones animales, la existencia de mercados de animales vivos en algunos países y el cambio climático que modifica la dinámica poblacional de las especies silvestres, de vectores y su interacción con los animales domésticos.
“En INTA hace muchos años que estudiamos esa frontera para entender la interface humano-animal y cuál es el potencial de algunos patógenos para cruzar la barrera de especie y afectar a la salud pública”, explicó el investigador.
También agrega que resulta clave hacer previsiones y anticiparse a estas crisis sanitarias. “Desde el surgimiento del virus de SARS, en 2003, sabemos del riesgo que representaba el virus del coronavirus, esta pandemia no nos sorprende, sabíamos que podía cruzar la barrera y afectar la salud pública, por eso continuaron las investigaciones al respecto”, reconoció.
Y recordó: “En 2005 comenzamos a desarrollar capacidades y montamos un sistema de detección y vigilancia de virus Influenza en aves silvestres en los laboratorios de Concepción del Uruguay –Entre Ríos–, Balcarce y Castelar –Buenos Aires–. Los análisis de riesgo indicaban que las aves silvestres acuáticas eran por donde podría ingresar este patógeno a las aves comerciales”.
“Para 2007, comenzaron las tareas de vigilancia en cerdos y para cuando llegó el virus de Influenza A H1N1, el INTA ya tenía la capacidad de detectar el virus de influenza en cualquier especie animal, incluida la humana”, detalló Pereda quien recordó el aporte de tecnología al ANLIS-Malbrán para la detección de los primeros casos en el país.
El investigador no dudó en asegurar la necesidad de trabajar en el concepto de “Una Salud” de modo colaborativo y coordinando tanto la salud pública, como la animal y la ambiental. “Todas estas capacidades desarrolladas a lo largo de los años pueden ser utilizadas por el sistema de salud frente a cualquier eventualidad o crisis sanitaria, como la que experimentamos hoy con el coronavirus”, concluyó el investigador