Este día tiene su origen en un hecho trágico: el asesinato de 129 mujeres trabajadoras en la fábrica Cotton de Nueva York, Estados Unidos, el 8 de marzo de 1908.

Aquellas trabajadoras se habían declarado en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. El motivo del reclamo era la reducción de la carga horaria laboral a 10 horas y un salario igual al que percibían los hombres por las mismas tareas (reclamo que más de 100 años después continúa con inalterable vigencia…).

El dueño de la fábrica decidió cerrar las puertas y provocar un incendio, con el fin de violentar el cese de la huelga, y el hecho terminó en tragedia.

Aunque todos somos seres humanos, no existe igualdad entre hombres y mujeres.

En 1975 la Naciones Unidas declararon el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, aunque este ya se celebraba en varios países del mundo. Y en el año 1995, a través de este organismo internacional, se redactó la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijín, que estableció los líneamientos de la lucha por los derechos de las mujeres.

Ahora bien, ¿qué significa esta frase trillada “lucha por los derechos de las mujeres”?, significa que, aunque todos somos seres humanos, no existe igualdad en los derechos y en las oportunidades de desarrollarnos como personas libres y autónomas, entre hombres y mujeres. Nosotras no tenemos ni los mismos derechos, ni las mismas oportunidades, ni las mismas libertades.

El patriarcado es un paradigma social, cultural y económico que oprime a mujeres y a hombres.

Históricamente, la lucha ha sido por equidad en los derechos laborales, en la participación sindical y política, en poder acceder a la escuela, al colegio y a la universidad, poder ser profesionales y ejercer nuestra profesión y tener las mismas oportunidades y remuneraciones que los varones.

No obstante, desde hace un tiempo a esta parte, se suma la denuncia de la violencia: no solo somos relegadas, sino que somos violentadas, por un modelo de sistema que rechaza la equidad entre mujeres y hombres, y que no solo atenta contra las mujeres, sino que también agrede a los hombres. El patriarcado es un paradigma social, cultural y económico que oprime a mujeres y a hombres.

Empoderar a las mujeres permitirá pensar en un mundo verdaderamente justo y libre para toda la humanidad.