El acuerdo Mercosur-UE en jaque por la política ambiental de Brasil
Declaraciones del gobierno alemán suman un nuevo revés para el acuerdo anunciado hace un año.
Por Ignacio Lautaro Pirotta | 22-08-2020 05:02hs
El gobierno alemán manifestó este viernes “serias dudas” respecto al acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. La declaración fue realizada mediante el vocero de la canciller Ángela Merkel, quien expresó: “Tenemos serias dudas de que el acuerdo pueda ser aplicado como previsto, cuando se ve la situación”, en referencia a la continuidad de la deforestación y los incendios en la Amazonia brasileña.
Según la plataforma Terra Brasilis, del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) de Brasil, la deforestación en 2020 es la máxima observada desde 2008, alcanzando los 10.900 km² (a modo de comparación, la provincia argentina de Tucumán tiene una superficie de 22.524 km²). Esas cifras corresponden a la llamada Amazonia Legal, que comprende 9 estados brasileños en los que se encuentran los biomas de Amazonia y el Cerrado, focos de la deforestación y las quemas.
Las declaraciones del gobierno alemán son hasta ahora el golpe más duro para el acuerdo, ya que Merkel ha sido uno de los jefes de Gobierno europeos más entusiastas con el mismo. La industria alemana, en particular la automotriz, se perfila como una de las más beneficiadas de Europa por la posibilidad de exportar a los países del Mercosur.
La política ambiental del gobierno de Jair Bolsonaro se ha convertido en el problema más visible para el avance del acuerdo. En agosto de 2019, semanas después del anuncio del Acuerdo de Asociación Estratégica entre Mercosur y la Unión Europea, las noticias de los incendios en el Amazonas recorrieron el mundo y llegaron a desatar un cruce entre el gobierno francés de Emmanuel Macron y el gobierno brasileño. Desde entonces, se han acumulado obstáculos entre los que se destacan los vetos de los parlamentos de Austria y Holanda, a los que hay que agregarles el del parlamento regional de Valonia, en Bélgica.
La contraparte a la deforestación y los incendios en Brasil es el avance del ambientalismo en Europa, que ha estado en gran medida por detrás de los vetos parlamentarios mencionados y la reciente declaración del gobierno alemán. La votación contra el acuerdo en Austria tuvo lugar en vísperas de las elecciones, en las cuales el Partido Verde obtuvo un buen resultado y pasó a conformar la coalición de gobierno. Además, en las municipales francesas de junio pasado el ambientalismo dio la sorpresa y en Alemania los Verdes muestran una tendencia de crecimiento de cara a las elecciones generales de 2021, alcanzando el 17% de intención de voto, según el portal españolLa Vanguardia.
En marzo de este año el embajador alemán en Brasil, Georg Witschel,había advertidoque si no había resultados tangibles contra la deforestación en Brasil el acuerdo no lograría ser ratificado en Alemania: “A cada noticia negativa perdemos diez votos en el Parlamento, porque ese diputado es cuestionado en su distrito. (...) Es cada vez más difícil convencerlos de que deben aprobar el acuerdo. Por ello Brasil debe reducir la tasa de deforestación”.
El Amazonas y la gestión ambiental del gobierno brasileño son el problema más visible para acuerdo con la Unión Europea, pero no el único. Los intereses de los productores agropecuarios europeos (claves en el veto del parlamento holandés) así como de los industriales, tanto de Argentina como Brasil, son el verdadero rompecabezas del acuerdo. La situación ambiental en Brasil ha servido para que, por ejemplo, el gobierno argentino ni siquiera deba preocuparse por el avance de un acuerdo sobre el que se ha mostrado reticente por su impacto en la industria local.