Según el análisis económico publicado por el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano (UB), la actividad agropecuaria y los servicios tecnológicos son los sectores de la economía en la Argentina que menos sufrieron el impacto negativo y el freno económico generado por la pandemia de COVID–19 que afecta al planeta.

“El sector agropecuario permanece inmune a la parálisis que la cuarentena impuso a la mayor parte de la actividad económica, y las variaciones en su producción, de hecho, tienen más que ver con las condiciones climáticas, que no fueron óptimas", destacaron desde la Universidad porteña.

Víctor Beker, director del CENE, explicó que "se espera una cosecha de soja de aproximadamente 50 millones de toneladas, lo que representa un 10% menos que en la campaña anterior; y proyectan 50 millones de toneladas para el maíz, con una merma del 12%", y resaltó además que, "el impacto sobre las actividades de comercialización y exportación (agrarias) será mínimo, a diferencia de las actividades industriales y comerciales, donde el peso de la crisis se hizo sentir".

Aunque algunas actividades, consideradas esenciales en el marco de la pandemia se encuentran exceptuadas de la cuarentena que en la Argentina es obligatoria, no es así para el comercio en general que se encuentra en situación crítica. Esta situación llevo a los comerciantes, de los más variados rubros, a transformar sus operaciones al modo de venta online con entregas a domicilio o incluso a cambiar de rubro utilizando la misma estructura existente como forma de supervivencia, al menos transitoria, frente al freno impuesto por la pandemia.

"La producción de alimentos tuvo un mejor desempeño relativo, a diferencia de la industria manufacturera que cayó 6,4% en marzo, en términos interanuales", se explayó el economista.

Además, destacó que frente a las estimaciones de la CEPAL que auguran una merma del PBI de la Argentina de 6,5% para este año, "un audaz programa de reactivación productiva parece ser la única opción para enfrentar las negativas consecuencias sociales y económicas que dejará el coronavirus en nuestro país, y frenar la posible desaparición de puestos de trabajo formales a lo largo de estos meses de inactividad", concluyó.

Fuentes:  Centro de Estudios de la Nueva Economía / Universidad de Belgrano /  Télam