En los inicios de nuestra Historia, fuimos testigos de varios momentos de zozobras y confusión política, pero al final del camino encontramos que los intereses motivadores, siguen siendo los mismo en la mayoría de nuestros Padres Patricios.

Durante los primeros años de nuestra Patria, hubo un hecho que se reflejó en las páginas de los diarios de Londres con mucha amplitud. The Times y The Sun, mencionaban con habitualidad durante los años posteriores al 1820, de Famatina, como un lugar en el fin del Mundo, en donde, se decía en las tierras de La Rioja, surgía el oro de la tierra, que luego de las lluvias, el oro era arrastrado por el agua hasta los jardines de las casas, que en las calles de La Rioja, se confundían los cascotes, con las pepitas de oro, que solo agachándote a recoger ese oro en pocos días te hacías millonario.

Esas historias fueron creadas por un pro monárquico, que en esos años fue a buscar inversionistas a París y Londres, para explotar las minas de Famatina, ese hombre enviado por la Provincia de Buenos Aires, se llamó Bernardino Rivadavia, cuyo mayor anhelo era ser recibido por el Rey de Inglaterra, cosa que nunca ocurrió.

Lo que hay que entender, que había sido enviado como representante de un nuevo País independiente, pero que pícaramente, llevaba una resolución, firmada por él mismo, meses antes, cuando era autoridad en Provincia de Buenos Aires, pero que él le había dado una cobertura de Nación, en un País que no existía hasta entonces, para explotar minas de oro y plata.

Todo este intento que se inspiraba en las historias que venían desde La Rioja, y que explotaba en las tertulias de Buenos Aires, Facundo Quiroga, quien sí explotaba una mina en la Rioja, y cuya Familia y la de su socio, Braulio Costa, quien en esos años era considerado el hombre más rico del Río de la Plata, todo este intento fracaso, en los años 1824 y 1825.

La historia fue andando y, a fines del siglo, se adjudicó Famatina, por lo cual vinieron desde Alemania, tomaron medidas y a los tres años volvieron, con un rompecabezas a armar lo que se conoció como el CABLECARRIL más largo del Mundo hasta hoy.

La Mina es conocida como La Mejicana, pues este mismo sistema de extracción, tuvo una experiencia previa en México. Está ubicada en el cerro de Famatina, pero a 4.600 metros de altura, a 34 km de la ciudad de Famatina, en la Provincia de La Rioja.

El debate fue como bajar desde esa altura la riqueza en Oro, Plata, Cobre. Y se optó por un Cablecarril, que se midió he ideó, entre 1902/3 y se trajo, por medio del puerto de Rosario, las piezas en 1905, se trasladó en tren y mula, y se armó tipo un juego de niños, pero que en el cual intervinieron casi 2000 trabajadores y unas 1500 mulas. Por las bajas temperaturas, muchos trabajadores tuvieron que vivir el resto de su existencia sin manos, sin piernas, que eran congeladas por las bajas temperaturas de la dura montaña, que fue el desafío a vencer.

El largo del Cablecarril es de 35 km, impulsados por motores a vapor, que hoy es visitado como elemento de valor histórico y como ejemplo de lo que el hombre puede hacer, con planificación y capacidad de trabajo, en esta mina que fue explotada por Ingleses y Alemanes, hasta el año 1914, pasando luego al Banco Nación y a su posterior desintegración, producto de las acciones posteriores.

Pero en esos años, se fundían en el lugar y los lingotes llegaban para ser cargados en los trenes y desde allí al Puerto de Rosario, con destino final: Londres