Un elemento que no le debía faltar a nuestro gaucho argentino

El Chifle y el Vaso

Por Christian Fasani | 03-04-2020 07:45hs

Como vaso se solía recurrir a un cuerno vacuno entero, buen tamaño, generalmente de buey o toro, cerrado en la base con una tapa de madera y en algunos casos forrado con metal. Su extremo más delgado queda abierto y se le coloca un tapón de madera o de guampa enroscado o a presión.

Servía para transportar líquidos, por ejemplo, agua en las regiones más áridas, aguardiente o vino con más generalidad.

Muchas veces su superficie, convenientemente pulida, está grabada o tallada con dibujos, figuras, escenas, guardas, flores, escudos etc. Otras veces se pirograba y en muchos casos lleva virolas de plata labrada. Cerca de ambos extremos se le coloca algo muy característico, un cordón con borlas o un tiento trenzado o una cadena de plata que sirve para colgarlo, se lo pasaba por la cabeza y brazo, a media espalda, o se colgaba del recado o simplemente de un clavo en la pared del rancho.

Su nombre proviene del vocablo portugués “chifre”, que significa, cuerno vacuno grande.

El uso del “chifle” corresponde a una antigua tradición europea y puntualmente de áreas ganaderas, tan características de España y Portugal, utilizaban un chifle de menor tamaño para llevar aceite, vinagre, y a veces vino.

Los cazadores y soldados lo utilizaban para llevar la pólvora necesaria para las armas de carga por la boca.

En el uso doméstico, se usó en nuestra campaña un cuerno enterizo, natural, abierto en la base y cerrado en la punta. Servía para toma agua, usándose en una ronda y tomaban por turno en la cocina del rancho o en la rueda del fogón, o bien para servirle la leche a los más pequeños.

Para este uso de “vaso” se utilizó un cuerno corto con la base abierta, en el borde se le colocaba un aro de plata con una argolla a la que va sujetada una larga cadena.

Se lleva atado a una de las argollas de la cabezada delantera del lomillo o recado y servía para tomar agua fresca y limpia del centro de una corriente, sin mojarse y generalmente sin bajarse del caballo. Se descolgaba el vaso y deteniéndolo por la cadena o soga se sumergía en el agua, luego se lo recogía.

También hubo vasos de lujo, enteramente de plata, se utilizó para tomar agua o té de yuyos.

En la Argentina principalmente, se usó otro cuerno cortado, de 12 a 15 centímetros aproximadamente, con el extremo más ancho cerrado con una tapa de madera, al que se le llamo “chambado” o “chambao”. Se utilizó como mate o como recipiente para tomar mates de té o yuyos

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