Está por terminar la implantación del girasol a nivel nacional con el 80% de las 1,65 millones de hectáreas proyectadas para la oleaginosa ya sembradas y con una proyección de producción en torno a las 3,5 millones de toneladas, una producción que de darse significaría un salto del 14% interanual. En tanto que desde el sector privado proyectan exportaciones por un total de US$ 1.190 millones para el nuevo ciclo.

Según las estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el girasol recuperará terreno en este ciclo de la superficie pérdida en manos de la soja y el maíz en los últimos años y en especial frente a la anterior campaña que fue afectada por la sequía, sobre todo en la región norte del área sembrada.

La visión de la Asociación Argentina del Girasol (Asagir), que agrupa a todos los eslabones de la cadena productiva de la oleaginosa, estima que el nuevo ciclo superará incluso las buenas previsiones para la campaña de la organización bursátil porteña.

Enrique Moro, presidente de Asagir, declaró a la agencia Télam,  que la siembra podría llegar a cubrir una superficie de 1,8 millones de hectáreas, en sintonía con los cálculos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, redondeando una producción de 4 millones de toneladas de la oleaginosa.

Además de la proyección de crecimiento de casi el 6% en el área, el tema del agua (precipitaciones) continúa siendo fundamental, ya que la sequía que azota al norte argentino afecta la evolución de los cultivos y trae incertidumbre acerca de los rindes definitivos de la campaña.

"Teníamos la expectativa de recuperar la superficie que fuimos perdiendo en los últimos años por el crecimiento de otros cultivos como la soja o el maíz y esa expectativa se va a morigerar un poco porque en el norte estimábamos una siembra de 600.000 hectáreas, pero se llegaron a sembrar 400.000 por la sequía", indicó el titular de Asagir.

De todas maneras, Moro cree que esa reducción será "compensada por la producción en el oeste y sur de Buenos Aires". Según la visión de Moro, el girasol perdió lugar entre los cultivos por un tema de rentabilidad, más allá de los vaivenes climáticos, sobre todo a manos de la soja y el maíz.

"En la campaña 2020/21 se revirtió porque en el mundo hay un requerimiento mayor de los productos del girasol, más demanda. Al volver a un valor importante como el que tenemos hoy día en el aceite, se vuelve a recuperar superficie en detrimento de la soja. Hoy hay precios FOB espectaculares de US$ 500 dólares la tonelada del grano. Este es un escenario que hace muchos años que no se daba", subrayó Moro.

Más allá de las muy buenas cotizaciones, el dirigente empresarial puso de manifiesto la importancia de la cadena del girasol, debido a que "todo lo que se exporta tiene valor agregado", donde además la molienda (crushing) está mostrando números record. Las cotizaciones de las commodities industrializadas acompañan: "El valor del aceite se vuelve interesante a partir de una cotización de US$ 1.000 en adelante. Hoy está entre US$ 1.700 y US$ 1.800 la tonelada", remarcó.

Estas buenas cotizaciones que traen buenas rentabilidades, también empujan un aumento en la industrialización del producto, que en el mes de septiembre tuvo un incremento interanual del 39%, y que viene en crecimiento desde el mes de marzo, con picos del 60%, como sucedió en julio, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La organización bursátil rosarina proyectó que las exportaciones del complejo girasolero correspondientes a la campaña 2021/22 se mantendrán establecen la comparación interanual, con una facturación de alrededor de US$ 1.190 millones. De ese total, US$ 916 millones serán despachos de aceite, US$ 183 millones a harina y pellets y US$ 91 millones a semillas.

Seguí leyendo: Argentina registró en octubre un saldo positivo de US$92 millones en el comercio bilateral con Brasil