Luego de postergaciones, prórrogas al vencimiento del régimen que hace 15 años promoviera Néstor Kirchner y el tratamiento del proyecto en una extensa sesión en la Cámara de Senadores que resultó con 43 votos a favor y 19 en contra el último 15 de julio, se publicó en el Boletín Oficial la promulgación de la Ley 27.640 que establece un nuevo marco regulatorio para la producción de biocombustibles y que regirá hasta el 31 de diciembre de 2030, con posibilidades de extenderse “por única vez” por 5 años más.

Con la firma de Vilma Ibarra, la secretaria Legal y Técnica de Presidencia de la Nación, la normativa establece una reducción del corte obligatorio en la mezcla entre biodiesel y gasoil del 10 % al 5%, con una eventual reducción al 3 %. En tanto que, para el caso del bioetanol en las naftas mantiene el 12% actual, incluyendo caña de azúcar y de maíz en partes iguales (6 % para cada insumo), con eventual reducción al 9 % "cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiésel pudiera distorsionar el del combustible fósil en el surtidor, o ante situaciones de escasez por parte de las empresas elaboradoras".

Tal como se aprobara en los debates de ambas Cámaras, la Secretaría de Energía, a cargo de Darío Martínez y dentro del Ministerio de Economía, queda definida como autoridad de aplicación del nuevo régimen. A pesar de los cuestionamientos por la discrecionalidad de la misma, bajo su órbita deberá “regular, administrar y fiscalizar la producción, comercialización y uso sustentable de los biocombustibles”.

Martínez y su equipo también serán responsables de la adecuación de los términos y normas que “establecen las especificaciones de calidad de los biocombustibles”, tanto como de la seguridad de las instalaciones en las cuales los mismos se elaboran, mezclan y/o almacenan. Además establecerán y modificarán los porcentajes de mezcla obligatoria de los biocombustibles con gasoil y/o nafta y garantizarán la disponibilidad de los insumos necesarios para su elaboración.

Referentes de la industria del etanol de maíz buscan “blindar el 6%” de la nueva ley

Como se mencionaba anteriormente, la nueva ley establece que el corte de etanol en las naftas se mantendrá en el 12% pero, de acuerdo a la oferta y la demanda de los insumos, el mismo podrá reducirse al 9%. Este anuncio preocupa al sector productor del biocombustible elaborado a base de maíz no sólo porque este sería el que absorba la disminución, no el de caña de azúcar, sino también por el impacto que tendría en sus plantas y establecimientos.

Frente a esta situación, referentes de las cámaras de biocombustibles y de las empresas del sector se reunieron con el secretario de Energía para lograr el objetivo de trabajar de forma conjunta en la reglamentación que especifique cuáles serán las “situaciones extraordinarias” que establezcan el recorte del mínimo impuesto y evitar discrecionalidades.

Según informan, de no llegar a un acuerdo, las rebajas impactarán directamente en el cierre de plantas y pérdidas de puestos de trabajo. Por ello consideran necesario “blindar el 6%” establecido en la nueva ley para poder continuar con el funcionamiento de esta bioindustria.

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