Los valores internacionales de los principales cultivos producidos en la Argentina subieron fuerte en 2020, con la soja a la cabeza de los aumentos, mostrando un avance de más del 20% y un precio récord de US$448,27 la tonelada, el valor más alto en 6 años y medio.

El viernes, el valor de la soja saltó casi US$ 7 en Chicago, motivado por el clima seco en Sudamérica que podría generar recortes en la producción de los principales países productores. La primera cotización del año de la soja, que junto con su complejo industrial es el principal polo exportador y generador de divisas nacional, el aumento anualizado fue del 24,7% al pasar de US$ 351,57 la tonelada a US$448,27.

Para el maíz la suba acumulada a lo largo del año en los mercados internacionales fue de 9,13%, desde US$ 154,13 hasta US$ 168,20 la tonelada.

Por su parte, el trigo pasó de US$ 205,86 a US$ 219,91 la tonelada, con una mejora de 6,83% más.

Diferentes analistas en mercados de granos acuerdan en que la potente suba de la soja se debe a tres hechos fundamentales: la recuperación de la economía de la República Popular China y sus consecuentes compras; el recorte en las existencias mundiales -en especial las estadounidenses-; y en los problemas para los cultivos en Sudamérica por el clima seco.

A pesar de la caída de la actividad económica que tuvo la superpotencia asiática por motivo de la pandemia, el mayor comprador de soja del planeta pudo recuperarse velozmente después de controlar la crisis sanitaria y con el objetivo de, entre otras cuestiones, recomponer su stock de cerdos fuertemente afectado por la gripe porcina desde el 2018. Así, China empezó a comprar fuerte a mediados de año a Brasil y Estados Unidos, poniendo presión alcista sobre los precios de la oleaginosa.

Al casi terminar con el stock de soja brasileña, el gigante asiático apuntó principalmente hacia Norte América, centrando allí sus importaciones y generando negocios diarios que pasaron las 600.000 toneladas en un día.

Esta situación hizo que el país norteamericano recorte sus existencias de soja, que, según reporta el último informe de su Departamento de Agricultura (USDA), es actualmente un 66% menor a la de igual período del 2019.

Además, el mercado puso el foco en el clima sudamericano, con un pronóstico del fenómeno climático de “La Niña” que ocasionaría menos precipitaciones a las normales en las zonas productoras, y podrían afectar el buen desarrollo del ciclo agrícola que se encuentra en plena etapa de implantación.

El factor climático fue uno de los más importantes trabas para el agro argentino, con una sequía devastadora sobre todo en el centro y norte del mapa agrícola argentino desde principios del 2020.

Esta situación hizo que la previsión de producción de trigo en Argentina bajara de las 21 millones de toneladas proyectadas al principio de la campaña a las 16,7 millones de toneladas, según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Con respecto a la cosecha gruesa, se esperan 50 millones de toneladas de la oleaginosa (-700.000 toneladas respecto al ciclo anterior) y 48 millones de toneladas de maíz (-3,5 millones de toneladas).

Aunque se espera menos cantidad de mercadería, y si se mantiene este nuevo esquema de precios en el mediano plazo, permitiría a que la Argentina exporte más de US$ 29.000 millones de maíz, trigo y soja (con sus derivados) durante la campaña 2020/21, sumando en dólares un 13% más que en el ciclo 2019/20.

Según la bolsa rosarina, se estima que el complejo sojero despachará entre poroto, harina y aceite un total de 40,3 millones de toneladas por US$ 19.449 millones, muy por encima de los US$ 17.037 millones registrados en el ciclo anterior.

Para el caso de los granos amarillos, se espera que de maíz se embarcarían 34,5 millones de toneladas por US$ 7.114 millones (casi US$ 1.000 millones por encima de la campaña anterior).

De trigo se estiman envíos al exterior de 10 millones de toneladas por un total de US$ 2.534 millones.

Fuente: Télam.