El sector ganadero europeo responde los “influencers” acerca de la transición a la carne sintética
Profesionales del sector de la UE replican a líderes de opinión y organismos internacionales y advierten que la producción de carne artificial no es la solución a los desafíos medioambientales.
Por Pamela Portigliatti | 21-03-2021 10:36hs
Hace poco más de un año, la Organización de Naciones Unidas (ONU) desalentaba a través de su cuenta oficial de Twitter el consumo de carne afirmando que "comer menos carne ayuda a ahorrar agua y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global". Esta publicación causó una fuerte indignación en el sector rural, pero también sumó el apoyo de varios líderes de opinión que se hicieron eco del mensaje y ampliaron su difusión.
Uno de los voceros de la campaña resultó ser nada más y nada menos que Bill Gates, el co-fundador de Microsoft y filántropo estadounidense, quien actualmente trabaja en la concientización sobre el cambio climático. Al respecto, la cuarta persona más rica del mundo, según Forbes, aseguró que disminuir la producción ganadera es una de las claves para disminuir el impacto que la misma genera en el planeta. En consecuencia alienta a los países ricos a llevar adelante una transición hacia el consumo de carne sintética.
De cara a la Cumbre Mundial sobre Alimentos que la ONU prepara para el mes de septiembre próximo, la agrupación “European Livestock Voice” (La Voz de la Ganadería Europea, en español) intenta hacer oír la otra campana. Integrada por organizaciones y asociaciones afines a la cadena alimentaria ganadera, decidieron unirse con el objetivo de lograr un debate equilibrado.
Afirmar que una dieta sin ‘carne de verdad’ y una Europa sin ganadería son la respuesta a los problemas que plantea el cambio climático resulta erróneo.
En un comunicado de prensa expresaron que “afirmar que una dieta sin ‘carne de verdad’ y una Europa sin ganadería son la respuesta a los problemas que plantea el cambio climático resulta erróneo”. Además agregaron que la ignorancia sobre el sector y sus implicancias “podría tener consecuencias desastrosas para nuestra alimentación, nuestro territorio, nuestro medio ambiente, nuestra diversidad y nuestra cultura”.
Según la agrupación los “influencers” que promueven el consumo de carne sintética “pretenden defender de forma unánime que la ciencia ya ha decidido el futuro de la ganadería” y que inevitablemente desaparecerá. Es en este punto que exponen el desconocimiento de estos voceros acerca de la inversión que los productores europeos realizan hace años para que la producción resulte más sostenible ya que con inversión en soluciones tecnológicas y cambios técnicos han logrado reducir las emisiones de CO2. Además explican que, pese a la baja renta que perciben los productores, las inversiones se hacen: “Lo cierto es que la producción global de la agricultura europea ha aumentado un 25 % desde 1990, y durante el mismo periodo, el sector ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero un 20 %”.
Desde Livestock Voice advierten que la desaparición de la cadena ganadera traería consigo tres consecuencias que parecen no haber sido analizadas con profundidad. Entre ellas mencionan “la pérdida de un bastión de la bioeconomía circular”. Destacan así que la actividad “contribuye a una agricultura más eficiente al valorizar los subproductos de la cadena alimentaria” y mencionan por ejemplo la revalorización que se le asignan por ejemplo a los cultivos que no son aptos para el consumo humano pero que sirven de alimento a los animales. “Sin la ganadería, estos residuos y subproductos se convertirían en seguida en una carga ecológica, dado que la demanda de consumo de alimentos transformados aumenta”, señalan.
También aseguran que los subproductos de la ganadería contribuyen al equilibrio ambiental que se buscan. De acuerdo a lo que informan, la reducción de la actividad implicaría un aumento considerable del uso de fertilizantes sintéticos en detrimento de los orgánicos; y el cuero se vería reemplazado por materiales elaborados a base de combustibles fósiles. “¿Es éste el modelo de sociedad que imagina el Pacto Verde?”, cuestionan.
Otra de las consecuencias que plantean es el éxodo del entorno rural y la creación de un oligopolio de la producción alimentaria ya que la misma quedará en manos de unas pocas compañías tecnológicas. Desde la agrupación confirman que el sector ganadero aporta a la economía europea “€168.000 millones al año” representando al 45 % de toda la actividad agraria europea y crea “cerca de 30 millones de puestos de trabajo”. ¿Qué pasará con toda esa gente? Según pronostican, no solo se intensificará la presión demográfica en las ciudades sino que también se acentuará la desconexión de la naturaleza y del patrimonio cultural.
Además ironizan acerca de la cuestión “filantrópica” de la revolución de la carne sintética. Tal como está planteada, no resulta un sistema de libre acceso sino más bien “productos de alta ingeniería, ultraprocesados y sujetos a patentes” que en una sociedad libre de proteínas animales deberán compartir sus fórmulas y desarrollos tecnológicos con todo el mundo “en especial, con los países en vías de desarrollo”.
Y por último afirman que “la reducción significativa de la huella de carbono de nuestra comida, tal y como prometen los sustitutos sintéticos, no ocurrirá”. En este punto se preguntan cuál es la huella de carbono de las alternativas sintéticas a la carne y objetan: “¿De dónde provendrá el suero para producir los tejidos cultivados? ¿Cuánta energía será necesaria para hacer crecer los tejidos? ¿Qué antibióticos, fungicidas u hormonas se requerirán para controlar la producción?”.
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