El siglo XXI es el del empoderamiento de la Mujer
*Por Carolina Llanos – Secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género de la UATRE - Directora del RENATRE
Por Redacción El Agrario | 15-10-2020 12:03hs
Celebramos en este 2020 el Día Internacional de la Mujer Rural reconociendo con alegría y esperanza que, a pesar de muchas dificultades y trabas culturales aún no superadas, el siglo XXI ha mostrado en estas dos décadas un avance constante del empoderamiento de la mujer en general y muy especialmente de la mujer rural en particular.
A nivel mundial, lo que en el siglo XX eran casos excepcionales de mujeres al frente del gobierno de sus países, en este siglo, año tras año, se vienen sumando cada vez más mujeres a espacios de poder en ámbitos legislativos, ejecutivos y judiciales. También nuestro protagonismo y organización avanzó en el terreno social y cultural, con acento en el creciente movimiento de mujeres con participación sindical.
En nuestro país, este siglo nos dio por primera vez una mujer electa y reelecta presidenta de la Nación y por primera vez también una mujer fue electa Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, y sucedió lo mismo en las provincias de Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego. El avance porcentual de la participación de la mujer en las legislaturas municipales, provinciales y a nivel nacional se hace sentir elección tras elección.
Mi percepción es que día tras día la sociedad en su conjunto va comprendiendo que el empoderamiento de las mujeres repercute muy positivamente en todos los órdenes de la vida de la comunidad.
Por nuestra parte, las mujeres trabajadoras rurales junto a empresarias y emprendedoras del campo nos venimos reuniendo, compartiendo experiencias y acordando temáticas de preocupación común. Tenemos más acuerdos que diferencias, más cuestiones que resolver en conjunto y más logros que concretar de la única forma que entiendo: unidas y organizadas.
Hay mucho por trabajar, mucho por cambiar, pero mi percepción es que día tras día la sociedad en su conjunto va comprendiendo que el empoderamiento de las mujeres repercute muy positivamente en todos los órdenes de la vida de la comunidad.
Participando, las mujeres transformamos y humanizamos la agenda pública, abrimos espacios a temáticas sobre la niñez y la familia, sobre las inequidades que todavía existen en el tejido social.
Participando y organizándonos, las mujeres tenemos la fuerza y la irrenunciable convicción en un futuro de justicia social y equidad de géneros.