El sube y baja internacional que beneficiaría a la Argentina
La propagación de la COVID 19 amenaza las cadena de suministro de internacional y pone en riesgo la seguridad alimentaria de varios países asiáticos dependientes de las importaciones, que buscan evitar a toda costa alcanzar a un déficit alimentario como el del 2007/8. Argentina se presenta en una posición imprescindible para superar la crisis.
Por Belén Benítez | 17-04-2020 10:30hs
La propagación de la COVID 19 amenaza las cadena de suministro de internacional y pone en riesgo la seguridad alimentaria de varios países asiáticos dependientes de las importaciones, que buscan evitar a toda costa alcanzar un déficit alimentario como el del 2007/8. Argentina se presenta en una posición imprescindible para superar la crisis.
Afirmaciones contrapuestas de varios funcionarios y organismos sumado a los precedentes de la crisis del 2007/8 revelan la vulnerabilidad de la seguridad alimentaria de China y países emergentes.
Los impedimentos que se desencadenaron luego de la propagación pandémica del COVID 19 comenzaron a afectar la cadena de suministros del mercado mundial de alimentos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aseguró recientemente que se perciben bloqueos en la industria del transporte que afectan la logística de la cadena y esto puede desembocar en "efectos potencialmente desastrosos en el sistema alimentario".
A su vez, la Organización anticipó que si las cadenas de suministro mundiales no se mantienen estables y no se contiene la propagación del brote, podrían haber "interrupciones" y "escasez de alimentos" en abril y mayo que afectaría duramente a los países que tienen un alto grado de dependencia de mercados externos para acceder a algunos cultivos.
Entre los países más afectados está China, cuya "tasa de autoabastecimiento es de menos del 20%" de acuerdo a lo afirmado por Pan Chenjung, analista de proteína animal en Rabobank al South China Morning Post. Y, si bien un documento emitido por la Oficina de Información de Consejo de Estado de China asegura que "tienen reservas de alimentos suficientes y de calidad, con almacenamiento seguro", las cantidades reservadas resultan escasas para la densidad demográfica, alcanzan sólo "para 10-15 días y están disponibles para ciudades grandes y medianas".
Según SCMP, el líder del Partido Comunista de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma Chino, Yong Zhan, llamó a "sostener el cuenco de arroz firmemente y llenarlo con aún más comida china". Pero la seguridad alimentaria consiste no sólo en el abastecimiento sino también la accesibilidad y las opciones, centrarse exclusivamente en el arroz sería repetir el error que varias de la naciones asiáticas implicadas cometieron durante la crisis del 2007/8.
En la práctica, resulta difícil no recaer en lo mismo, lo cierto es que para que China pueda "llenar con más comida el cuenco de arroz", requiere de la soja, que en un flujo normal le suministra principalmente Argentina, Estados Unidos y Brasil. La mayor parte de la soja que China importa es para triturarla en piensos y alimentar la creciente demanda de carne de país.
Sin embargo, dentro de este contexto internacional, ya se comenzaron a imponer en varios países restricciones a la exportación y, según VICE USA, actualmente en China "los agricultores están luchando por encontrar alimento para su ganado" y el pánico por el desabastecimiento arrasó las góndolas de los supermercados al punto tal que se limitaron las unidades de compra por persona de arroz y huevos.
También Filipinas, Singapur y Malasia encendieron sus alarmas por la crisis alimentaria. Las restricciones de logísticas en Filipinas, con uno de los mayores índices de desnutrición de la región, motivó que los pequeños propietarios recurran a subsistir de sus propios cultivos y dispongan de menos recursos para la compra de verduras y carne.
Por su parte, Singapur, el cuarto país más rico del mundo, tiene dudas de cuánto más podrán permanecer con los mismos niveles de abastecimiento. Su primer ministro instó a los residentes a "apurarse para comprar lo suficiente para abastecerse por semanas", según la agencia EFE.
Pese a que el gobierno chino, en las antípodas del primer ministro de Singapur, hizo una campaña a través de medios de comunicación y redes sociales para desmentir que enfrentan una crisis alimentaria, los dichos contrapuestos emitidos por el Ministerio de Comercio en febrero de éste año, previo a que la pandemia tome la escala actual, admiten que "China se vería muy afectada por la crisis del coronavirus", por lo que se sugiere tener reservas de granos para entre 3 y 6 meses en caso de una emergencia.
Tanto la industria ganadera, por las complicaciones para conseguir proteína animal, como la agricultura china están en una intrincada: "La industria agrícola de China se ha derrumbado sin el flujo libre de mano de obra y materias primas", según lo dicho por un analista al Financial Times, como consecuencia de las decenas de millones de personas que estuvieron bajo aislamiento como medida de contención del virus.
La crisis que atraviesan China y otros países de Asia indican que, sin el trabajo coordinado entre países, no sólo en la producción de alimentos sino también en la contención del virus las consecuencias podrían desencadenar una severa crisis en el mercado mundial de alimentos.
Pese al mal clima mundial, la Argentina se encuentra en una posición estratégica gracias al trabajo de miles de trabajadores rurales, productores y miembros de la cadena de producción de alimentos. Y, como consecuencia de la crisis alimentaria de otros países, es probable que se generen aumentos en la demanda no sólo de China sino también de Filipinas, India, Vietnam e Indonesia.
Resulta casi imposible advertir la proporción de aumento de demanda que se podría gestar como consecuencia del COVID, pero podría ser una excelente oportunidad para consolidarnos en mercados emergentes y suplir las faltas que dejan los mercados europeos por las limitaciones logísticas