La cartera agrícola estadounidense (USDA) recortó su proyección de producción de soja en 700.000 toneladas para las zonas productoras norteamericanas, con una estimación de 120,4 millones de toneladas para el país del norte, lo que impulsó a la suba los contratos de la soja en el mercado de Chicago.

Así, el USDA se ubicó lejos de las 121,1 millones de toneladas, un récord que había proyectado en su reporte de octubre, y más lejos aún de lo era esperado por el mercado, que estimó inicialmente un aumento de 900.000 toneladas hasta las 122 millones.

Además, el informe de la dependencia norteamericana aumentó los stocks finales para Estados Unidos en unas 600.000 toneladas por motivo de una baja en la estimación de exportaciones.

De todos modos según fue reportado, este aumento se ubicó 600.000 toneladas por debajo de lo estimado por los operadores, que proyectaban una suba de 1,2 millones de toneladas.

En relación a la Argentina, el USDA proyectó una caída de 1,5 millones de toneladas en la producción local hasta las 49,5 millones de toneladas para la campaña 2021-2022, a la vez que se recortó la proyección de exportaciones de la oleaginosa pasando de 6,4 a 5,4 millones de toneladas.

"A nivel global, el USDA redujo su estimación de soja en 1,1 millones de toneladas, en vistas de la menor producción en Estados Unidos y en nuestro país", apuntaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

En este marco, los stocks globales de soja se recortaron en 800.000 toneladas hasta las 103,8 millones de toneladas, "en vistas de un menor almacenamiento en nuestro país y en la República Popular China, lo que se compensa parcialmente por el repunte de stocks en Estados Unidos", según lo reportado por la bolsa rosarina.

Lo contrario sucedió en el caso de los granos amarillos, ya que el USDA proyectó una suba productiva para el maíz de 53 a 54,5 millones de toneladas, con un incremento de las exportaciones de un millón de toneladas hasta llegar a las 39 millones.

Para Estados Unidos también se proyectó un aumento de 1,1 millones de toneladas, por lo que la trilla produciría alrededor de 382,6 millones de toneladas, unas 300.000 toneladas más de lo esperado por el mercado.

"Con esta proyección alcista para la producción, la 2021/22 se estaría ubicando como la segunda mejor campaña de maíz de la historia" aunque "si bien se esperaba un incremento en las proyecciones de cosecha, el mismo se ubicó por encima de las expectativas en la previa de la publicación de este informe, por lo que este dato colabora en impulsar hacia abajo los precios del maíz", detallaron desde la BCR.

A nivel global se estimó un aumento en la producción de 1.198,2 a 1.204,6 millones de toneladas, en tanto que las existencias finales se ubicaron en 304,4 millones de toneladas, poco menos de tres millones más que lo previsto en el mes de octubre.

Con respecto al trigo, la producción argentina quedó sin cambios en 20 millones de toneladas, pero se pronosticó un recorte a nivel mundial de 600.000 toneladas hasta los 775,3 millones. El miércoles (post informe USDA) los contratos de trigo subieron US$ 9 en Chicago y bordearon los US$ 300 la tonelada y el jueves marcó una mejora de 1,18% (US$ 3,49) para ubicarse en US$ 298,54 la tonelada.

El contrato de noviembre de la soja cerró el jueves subiendo 0,72% (US$ 3,22) hasta los US$ 445,45 la tonelada, mientras que la posición enero avanzó 0,39% (US$ 448,82) para cerrar la jornada a US$ 448,82 la tonelada.

Las subas siguieron motivadas por el accionar comprador de los fondos de inversión tras el recorte en la estimación de producción en Estados Unidos que hizo el USDA. Sin embargo, la previsión de una mayor cosecha en Brasil y las lluvias beneficiosas para el cultivo en Argentina moderaron las subas.

La harina de soja acompañó la suba en el precio del poroto, con un avance del 0,61% (US$ 2,31) hasta los US$ 379,74 la tonelada, mientras que el aceite cerró sin cambios a US$ 1.303,79 la tonelada.

Finalmente el jueves, el maíz cerró con un leve avance del 0,04% (US$ 0,16) y cerró la rueda a US$ 224,20 la tonelada, por la expectativa de más demanda del cereal por parte de la industria del etanol norteamericana.

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