Elecciones jaqueadas por los 6 Gigantes
La opinión pública se vio siempre expuesta al cuarto poder, la prensa. Desde siempre se dijo que fue y debe ser un eje básico de control de la democracia, muchos, incluso Minguito Tinguitella, lo describieron como el cuarto poder, pero como nunca antes, ahora tienen una influencia ante los ojos del Mundo Occidental ... y el otro.
Por Luis Chervo | 15-05-2023 05:25hs
Cuando uno, a través de los datos de la realidad, entra a analizar y atar puntas de una misma historia, encuentra la siguiente realidad: unos 1.500 periódicos, unas 1.100 revistas, unas 9.000 emisoras de radio, unos 1.500 canales de televisión y unas 2.400 editoriales, de los más conocidos y que van marcando tendencia, como medios de comunicación y todos estos pertenecen solamente a 6 corporaciones mundiales.
En nuestra querida Argentina, estamos expuestos a opiniones de interés para un lado y el otro en forma permanente, en donde los medios tienden a convencer casi sin fundamentos, por tal o cual cosa, y las mujeres y hombres de prensa se van alejando día a día de la verdad objetiva, por la comodidad de un buen pasar, o de un premio que sacie su ego.
El mismo esquema de por qué el huevo hace mal durante cuarenta años, ahora es prácticamente la fuente de la vida y propiedad de tener los cuerpos más sanos y armónicos del universo, que sería envidia de la Diosa Griega de la Belleza, Afrodita, ese mismo esquema decía, lo usan para convencer de que tal o cual candidato es el paladín de la Democracia, a pesar que en su vida, se enfrentó a una urna interna, y que reina desde años, del dedo del poder y los acuerdos de madrugada.
Entonces nos preguntamos cómo las fuerzas populares pueden navegar con propuestas claras a la sociedad, para que esta vea las acciones de gobierno reales y no los espejismos que nos imponen las corporaciones.
Las respuestas son y serán más democracia interna entre los partidos políticos, en donde los sectores que se identifican entre sí lleguen a síntesis que los contenga a la mayoría, y generar buenas y perdurables propuestas a la sociedad, con sus viejos y nuevos inconvenientes para desarrollar su potencial y lograr un grado alto de calidad de vida.
Hace un tiempo, invitaron a un programa de alto nivel de audiencia, en una radio líder de Buenos Aires, a un “economista argentino”, que en una universidad extranjera había expuesto sobre la economía Argentina desde el año 1810 hasta el año 2019, entonces me preparé en mí lugar de trabajo para tomar nota de los seguramente interesantes análisis que haría este buen señor.
Mi sorpresa fue grande, ya que hizo su relato de más de dos horas, con la oreja servil de los cinco o seis entrevistadores, y en ningún momento nombró ni a Perón ni al Peronismo, tampoco a Hipólito Yrigoyen.
Yrigoyen puede ser que en lo económico no se haya destacado demasiado, pero ¿Perón…?
Hay una frase de Perón, ya en el exilio, en la que comenta que cuando él llegó al poder, pocas mujeres remendaban las medias, pues era difícil conseguir las agujas, porque eran importadas, a lo que el propio Perón reflexiona: ….”cuando me tuve que ir del segundo gobierno para evitar ríos de sangre en las calles, ya que mí revolución es de Paz y Amor, las agujas de las señoras que usaban para zurcir las medias eran hechas en Argentina, transportadas en camiones y chatas argentinas, en trenes que eran argentinos, se exportaban en aviones y barcos que eran argentinos y fabricados en Argentina, y seguramente esas medias que también eran argentinas, se pudieron romper en alguna bicicleta o moto Puma, también hechas en Argentina”.
Por eso, cuando analizo la Doctrina Peronista, no puedo dejar de detenerme en esta otra frase esclarecedora de Perón: “si nuestra Doctrina ha trascendido al mundo, si se la teme y se la combate, no es por nueva ni por vieja, ni siquiera por Cristiana ni por Humanista. Es precisamente porque se ejecuta y resuelve un problema que los imperios no desean resolver”.
Escribí este artículo en homenaje a los resultados de las últimas elecciones provinciales y en repudio a la intervención de la Corte Suprema en los procesos electorales de las Provincias, que son previas a la Organización Nacional Argentina