El instituto de Danzas folkloricas Tarpuy incluye a niños hipoacúsicos, con movilidad disminuida y con Síndrome de Down. Abrieron sus puertas en el 22 de agosto de 2015, y en este momento cuenta con 35 alumnos.

Tarpuy significa en quechua“Sembrar” y los profesores Silvina Hernandez, Fernando Orteu y Carolina Ramirez, no solo se encargan de arrojar la semilla en estos corazones, sino además, de hacerla crecer y que se multiplique. Sin dudas que el objetivo de estos profesores es cuidar el vínculo y ser el sostén de ellos en momentos difíciles.

Es la inclusión en la danza, un trabajo arduo pero que nos encanta hacer.

“Trabajamos con todas las danzas tradicional, estilizado y malambo. Nuestra función no es solamente formar bailarines, sino formar personas”, destacó Carolina Ramírez.

Los grupos que integran el ballet son: infantiles, de 4 a 13 años,  juvenil, a partir de los 13 a 35, y la categoría adultos. Entre ellos, jóvenes con hipoacusia y algún tipo de movilidad disminuida. “Es la inclusión en la danza, un trabajo arduo pero que nos encanta hacer”, dijo Carolina, la profesora.

El año pasado tuvieron una presentación de gran importancia en “La peña de Morfi”, Telefé y realizaron actuaciones a nivel competitivo y no competitivo en muchos certámenes del país.

Durante la pandemia, los profesores brindan actividades dentro de lo permitido y de acuerdo al protocolo sanitario, aunque consideran “que no es factible enseñar baile vía Zoom porque no podemos visualizar al alumno y no sabemos en qué condiciones realice el proceso de ejercicios, pero sí realizamos actividades compartidas con la familia como juegos, festejos de cumpleaños con carteles y mensajes que luego comparten en las redes sociales”.

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