Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) presentaron un informe donde explican que el mal uso de los fertilizantes, sumado a la falta de rotación de cultivos, está provocando un deterioro del suelo y de los servicios agrosistémicos.

En el informe citan la descripción que realiza la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) al afirmar que cuando los suelos se explotan sin restablecer la materia orgánica y el contenido de nutrientes, el ciclo de elementos nutritivos se rompe, la fertilidad del suelo disminuye y el equilibrio del agroecosistema se destruye.

Marcelo Beltrán –agrónomo del Instituto de Suelos del INTA Castelar– se refirió a esta advertencia de la FAO y confirmó que “en la Argentina sólo un 30 % de los nutrientes que se extraen de los suelos cultivados se reponen mediante el uso de fertilizantes”. Centrándose específicamente en la región pampeana.

Según el especialista, en esta región del país, “el problema se agrava con el uso de variedades de cultivos de alto rendimiento, que demandan mayor cantidad de nutrientes”. También el especialista Alberto Quiroga (Inta Anguil, La Pampa) detalla que “la intensificación ganadera, con cosecha mecánica de forraje y traslado a corrales, triplicó la tasa de extracción de algunos nutrientes”. Y agregó que la concentración de animales en corrales, sumado a los efluentes de los tambos, incrementan notablemente los riesgos de contaminación.

En este informe, los técnicos resaltan que la explotación de los suelos, sin una correcta fertilización, han llevado a que actualmente la región pampeana muestre valores entre un 30 y 40 % menores respecto a los suelos en condición originaria. Esta situación la toman como sumamente grave, ya que se está en riesgo de generar daños irreversibles, los que llevarían a la inutilización del suelo como se lo explota actualmente.

Un ejemplo que cita el informe del Inta es el nivel de PH detectado en esta región. Informan que “hubo un cambio negativo, que se refleja en la disminución de los valores de pH del suelo, sobre todo al norte y este de la región Pampeana, donde se registran preocupantes niveles de pH”. Aclara que, en los casos graves de acidificación del suelo, comienza a liberarse aluminio y esto resulta tóxico para las plantas.

Si bien las cifras indican que en el 2020 se utilizaron 5 millones de toneladas de fertilizantes, lo que establece un récord, para los especialistas del Inta aún es un número insuficiente, ya que no alcanza para recuperar los niveles de nutrientes que se extraen a través del uso del suelo. Esto implica que los balances de nutrientes siguen siendo negativos, se extraen más de los que se reponen.

Desde el Instituto no sólo indican que deberían utilizarse más y mejor los fertilizantes, sino que también proponen la rotación de cultivos que generen un balance positivo de la materia orgánica del suelo en el mediano plazo.

De todas maneras, recomiendan que cada productor lleve adelante un estudio del suelo de su campo y así poder conocer cuál es el mejor camino a seguir para contar con un suelo de calidad y cuidar el medio ambiente.

En su opinión, Beltran sostiene que los productores no tienen real consciencia de la disminución de materia orgánica en los suelos, ya que las tecnologías que utilizan les permiten mantener los niveles de producción. Pero, para el investigador, “la calidad natural de los suelos tiene límites y sobrepasarlos implica que su vulnerabilidad se vuelva crítica”. De allí, la importancia de tomar conciencia de los riesgos y marcar la diferencia.

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