En plena cuarentena desaparecieron 21 mil hectáreas de bosques en Argentina
Según la organización ambientalista Greenpeace, la superficie perdida es similar a la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
Por Marisa Massaccesi | 02-08-2020 10:00hs
La Argentina perdió ocho millones de hectáreas de bosques en los últimos 30 años. Si se suma la pandemia por coronavirus, y la cuarentena impuesta en el país, no fue un impedimento para el desmonte de otras 21.000. Este dato lo proporciona Hernán Giardini, coordinador de la campaña del área de Greenpeace Argentina, desde hace 15 años.
Leemos a diario que el planeta necesita avanzar hacia un futuro justo, apoyado en un sistema económico equitativo e inclusivo y coloque a la ecología en el centro de la toma de decisiones. “Hablamos de un nuevo paradigma para nuestra sociedad moderna, pero no es realmente nuevo; tenemos mucho que aprender de los pueblos indígenas y su forma tradicional de relacionarse con la naturaleza”, aseveró Giardini.
Para poder encaminarnos hacia ese futuro que contemplará a nuestros hijos, nietos y bisnietos, se necesitan decisiones comprometidas que hablen de “deforestación cero”, del cambio climático, y que no deben ser simples líneas publicadas en un blog, se requiere pensar y pasar a acciones mancomunados con todos los sectores comprometidos.
El cambio también pasa por "la concientización sobre el uso de la tierra para apoyar a los pequeños agricultores para desarrollar la agroecología, no más extracción de combustibles fósiles o minerales" y, además, la "restauración de ecosistemas críticos y la creación de nuevas reservas en bosques y océanos".
La pandemia puede ayudar a que más personas se concienticen sobre las consecuencias que tiene el modelo de desarrollo actual, actor - destructor de la naturaleza. Las personas quieren sumarse al reclamo por un mundo más verde y más justo.
Las corporaciones extractivistas no pararon, con lo que los daños al ambiente y las comunidades continuaron. La megaminería contaminante, continuó la fumigación con agrotóxicos, se quemaron humedales para la expansión ganadera, se siguió con la exploración y explotación de hidrocarburos mediante fractura hidráulica y en el mar y siguieron los desmontes. Según el coordinador de Greenpeace, “esto último nos preocupa mucho, porque se deforestó incluso más que el año pasado. Solo en cuarentena perdimos 21.000 hectáreas, una superficie similar a la ciudad de Buenos Aires”
El 80% de los desmontes se concentran en Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa y hay que decir que siguen estando entre las que tienen más pobres y menos bosques. Se producen para favorecer la producción de soja y ganadería intensiva con destino a China y Europa. Los autores son los grandes productores agropecuarios que en su mayoría no son de la región chaqueña, sino, principalmente, de la región pampeana.
Seguir con los desmontes será el resultado de la aparición de más enfermedades, inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas.
Giardini, se explayó con respecto a la situación ambiental del país, calificándola como “preocupante”. A pesar de la pandemia y de la cuarentena, las actividades extractivas en general no pararon, con lo que los daños al ambiente y las comunidades continuaron.
Son muchas las variables que entran en juego a la hora de generar divisas y que el medio ambiente sea como un concepto vacío, algo nombrado al pasar. “La voracidad y la impunidad de grandes empresarios agropecuarios, la complicidad de gobiernos provinciales en este crimen ambiental, ya que no los controlaron, ni los multaron, ni los denunciaron por violar la cuarentena”, asegura Hernán.
Seguir con los desmontes será el resultado de la aparición de más enfermedades, inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas. Un tema no menor, es la desaparición de especies en peligro de extinción, como el yaguareté, del cual quedan 20 ejemplares en el Gran Chaco.
Para finalizar, el coordinador de Greenpeace aseguró que “es completamente inaceptable que a pesar de la emergencia sanitaria y climática y de biodiversidad que estamos viviendo se siga desmontando. No podemos perder ni una hectárea más”