"Es muy posible que la cantidad de cabezas de ganado faenadas durante el 2019 sea la más alta de la década", afirmó el médico veterinario Fernando Gil frente al Canal Rural. Según lo detallado por el especialista, el 2019 dio un giro a las estadísticas de 2017 y 2018, en el que luego de un 2016 de una disminución considerable de cabezas faenadas por altos niveles de retención tornó difícil volver a los volúmenes anteriores y aún más, superarlos.

Gil totalizó 13.772.616 cabezas de ganado faenadas durante el 2019, la más alta en 10 años, con un diferencial en comparación con el 2018, del +5%. Si bien parece una cifra optimista que demuestra el potencial productivo del sector, resulta alarmante que el 48% de ese total, sean hembras. Según el veterinario, esta es una alarma amarilla, "pero evaluando en su totalidad, lo que disminuyó fue la cantidad de machos en faena, por los precios tentadores luego de la crisis de Peste Porcina Africana en China".

La cantidad de hembras en faena pone en cuestión los limites que tiene el sector agro ganadero argentino, ya que según el Gil hay que reconocer que "Argentina tiene un limite, no se puede aumentar indiscriminadamente el stock de vientre. Tenemos vacas pero no producimos terneros, hay una gran deficiencia dentro del ciclo de cría".

Resta todavía conocer si los altos niveles de hembra en faena fueron consecuencia de una "limpieza de campos", en las que los productores descartaron "vacas improductivas"; fue un "rejuvenecimiento de rodeo" o simplemente si fue una "estrategia para reservarse los machos para engorde". "Todavía no se conocen indices" para asegurar qué motivo que hayan aumentado las vacas faenadas.

El veterinario Fernando Gil aseguró que "tienen puesta las expectativa en que este otoño aparezcan novillos medianos o pesados", dada la disminución de machos en faena. A su vez, el especialista evaluó la histórica encrucijada de "aumentar el peso medio de faena", según lo dicho "en la práctica, los machos parecen ser más pesados, más novillos. Pero las estadísticas globales (mensuales / anuales) no demuestran cambios en el peso promedio de faena". A su vez, destacó que "la falta de previsibilidad afecta a éste objetivo; siendo un proceso de 2 o 3 años en el que el productor no sabe que va a pasar con el novillo a largo plazo, se pone en duda el aumento de peso medio en la faena"