Fondos de inversión internacionales se manifestaron contra la creciente deforestación de la selva amazónica en una nota presentada ante embajadas brasileñas en ocho países. Además, solicitaron que el gobierno de Jair Bolsonaro tome medidas al respecto. “Exhortamos al gobierno brasileño a mostrar un claro compromiso en la eliminación de la deforestación y en proteger los derechos de los pueblos indígenas”, sostuvieron. 

Se trata de grupos que administran inversiones por cerca de 3,75 billones de dólares, según consignó el diario brasileño O Globo. “Queremos continuar invirtiendo en Brasil, y ayudar a mostrar que el desarrollo económico y la protección del medio ambiente no precisan ser mutuamente excluyentes”, agregaron. 

Los inversores solicitaron reuniones virtuales con los embajadores en seis países europeos, Japón y Estados Unidos. “Estamos preocupados con el impacto financiero que la deforestación y la violación a los derechos de los pueblos indígenas puedan tener sobre nuestros clientes e inversiones, elevando potencialmente los riesgos a la reputación, operativos y regulatorios”, manifestaron los representantes inversionistas. 

El INPE, el instituto brasileño encargado de medir la deforestación, informó hace dos semanas que el semestre enero/junio registró un aumento del 34% en comparación con el mismo período de 2019. En agosto del año pasado Brasil estuvo en el centro de la atención mundial por causa de los incendios en el Amazonas. Asimismo, la política ambiental impulsada por el gobierno de Jair Bolsonaro ha sido en reiteradas oportunidades señalada como un obstáculo para el acuerdo Mercosur/Unión Europea. 

El 3 de junio pasado el parlamento holandés aprobó una moción contra el acuerdo de libre comercio, fundamentado entre otras cosas en la preocupación por la preservación de la Amazonia. En septiembre de 2019, el parlamento austríaco también había vetado el acuerdo con argumentos similares.

Esta semana Jair Bolsonaro manifestó que la mala imagen del país en el exterior se debe a “desinformación” y sostuvo que Brasil “es el país que más preserva el medio ambiente”. En otras oportunidades el presidente brasileño manifestó que existen intereses “neocolonialistas” sobre la Amazonia. En febrero de este año la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Corrêa, también mencionó una campaña contra Brasil motivada por intereses  proteccionistas ante el potencial del agro brasileño.

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