ENTREVISTA EXCLUSIVA

Formosa con sus Centros de Validación de Tecnologías Agropecuarias le apuestan al sector productivo

¿Cómo nacieron estos centros? ¿Cuáles son sus principales ejes? ¿Cómo es el canal de diálogo con los productores? ¿Por qué se diferencian del INTA? El Agrario dialogó con su coordinador general, el ingeniero Jorge Balonga, quien nos brindó detalles sobre el funcionamiento de los mismos.

Por Marianela Chimento | 13-08-2021 10:43hs

El Gobierno de Formosa resalta por sus centros de validación tecnológicas agropecuarias -Cedevas- que tienen el fin de generar información para poder solucionar problemáticas o alcanzar oportunidades en lo que respecta a los sistemas productivos de las distintas regiones. De esta forma, le brindan ayuda y acompañamiento a pequeños y medianos productores para que sus proyectos puedan ser alcanzados y presenten buenos resultados. El Agrario dialogó de forma exclusiva con su coordinador general, el ingeniero Jorge Balonga, quien, a raíz de su experiencia, nos brindó detalles sobre el funcionamiento de los mismos.

En la actualidad son 5; Laguna Yema, Misión Tacaaglé, Las Lomitas, Ibarreta, Ceibo 13 de Laguna Nainecky, y se encuentran ubicados estratégicamente en toda la provincia para brindarle al sector productivo información científica y valedera para que la inversión y el trabajo en el territorio sea posible. Es oportuno destacar que, el aporte de los mismos es fundamental si se tiene en cuenta que gran parte de la tierra formoseña, por su suelo seco, no es del todo favorable para la agricultura.

Balonga explicó que el primero que se creó en la provincia fue Laguna Yema, modelo de prueba que sirvió de base para el impulsar al resto. De esta forma, “con apoyo del gobierno local encabezado por Insfrán e inversión del nacional”, se dio el primer paso para implementar el centro de validación experimental dedicado al riego de cultivo, y que -hasta hoy en día- es el único que permite la utilización de este sistema que no requiere tecnología de riego. “Fueron muchos años de trabajo los que permitieron que en la actualidad Cedeva se convierta en una herramienta de desarrollo, y sean varios los centros en toda Formosa”, realzó el ingeniero.

“El Cedeva y el Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) son diferentes”, subrayó Balonga al sostener que “en lo centros no se hace investigación básica, si no que la misma es aplicada, para que los resultados de los trabajos puedan ser rápidamente implementados en la zona”. “No podemos estudiar situaciones por años, nuestros resultados deben ser veloces, y por tal motivo estamos continuamente con los productores en la zona perjudicada, viendo cuáles son los cuellos de botella que tienen en la actividad productiva. Damos solución en el momento”, agregó.

Respecto a la relación que se tiene con el sector, Jorge advirtió que “a veces nos buscan los productores y otras nosotros llegamos a ellos, depende la zona o el tipo de trabajo”. En este marco, ejemplificó la situación que ocurre con el control de brucelosis en cabras en el oeste de la provincia donde, para acompañar a 120 productores, se marcó un área de 150 km de ancho por 80 km de alto, y se visita semanalmente. Asimismo, remarcó que hay diversos puentes de comunicación, y en consiguiente distinguió que las radios de los pueblos son de gran ayuda para contactarse o transmitir un mensaje.

Otra de las formas que tienen de comunicarse es a través de cursos y capacitaciones que se realizan en distintos municipios. “Los temas a veces los desarrollamos nosotros, pero otras tantas son pedidos por los productores para resolver sus inquietudes o afecciones”, expresó el ingeniero. “Hay más de 100 líneas de trabajo entre todos los Cedevas y cada uno responde a la necesidad del sector local”, sumó. En este sentido reconoció que, si bien desde la institución se tienen todos los conocimientos sobre tecnología de riego, y todas las formas comerciales que existen en el mercado sobre este sistema, se debe dar un salto y analizar "cómo se puede hacer para producir sin riego, y que la actividad sea rentable".

Finalizando la entrevista, el coordinador no pasó por alto la situación de la COVID-19 y cómo afectó tanto al sector agro ganadero como a todo el país. En consiguiente, recordó que los centros en un comienzo se vieron perjudicados porque, por ejemplo, los equipos técnicos no tenían la posibilidad de acercarse a los lugares, o incluso, el personal de laboratorio que realiza las pruebas no podía cumplir sus funciones porque no se respetaba el distanciamiento. “Se tuvo que hacer un nuevo esquema de trabajo con grupos aislados para poder respetar y cumplir los protocolos vigentes, si bien se ocasionaron demoras, el trabajo pudo llevarse a cabo”, cerró Balonga.

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