GLIFOSATO - SEGUNDA PARTE

Glifosato, haciendo historia

Desde mediados de la década de 1920 comenzó el desarrollo de los productos sintéticos en los Estados Unidos, compuestos derivados de nitrógeno gaseoso o dinitroderivados. A partir de entonces se desarrollaron los herbicidas e insecticidas que dominaron el mercado hasta la actualidad.

Por Valeria Pirotta | 03-01-2020 11:33hs

Estos productos químicos desarrollados en laboratorios para su uso agropecuario se sintetizan tanto para combatir las malezas, como para atacar insectos que dañan los cultivos y microorganismos como hongos y bacterias. El objetivo es siempre el mismo desde el propio origen de la agricultura, cuidar y fortalecer el crecimiento del cultivo que nos interesa producir.

Fue principalmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se difundió el uso masivo del DDT, un compuesto de dicloro difenil tricloroetano, insecticida utilizado tanto para la agricultura como para combatir a los mosquitos, vectores de enfermedades a humanos y animales.

Por ese entonces, se crearon gran número de productos por síntesis química, como el herbicida 2,4-D, cuya mezcla famosa con el 2,4,5-T se denominó “agente naranja” y se empleó como defoliante durante la guerra de Vietnam. Pero la experiencia de sus usos, el estudio de la toxicidad sobre algunas especies animales, el mayor conocimiento acerca del funcionamiento de los ecosistemas, y mayor conciencia ambiental, llevaron a la prohibición de muchos de aquellos productos.

Es entonces cuando entró en escena la empresa Monsanto y su herbicida estrella, el glifosato. Fue por los años sesentas cuando el científico John Franz de Monsanto, en Estados Unidos, descubrió el potente herbicida que se patentó bajo la marca comercial Roundup, cuyo uso se difundió rápidamente a lo largo de las siguientes décadas.

La acción herbicida del glifosato se basa en su capacidad de interferir en el ciclo de vida de la planta, una vez que entra en su sistema a través de la absorción por sus tallos y hojas. Lo que produce es una inhibición de su capacidad de regeneración y crecimiento, es decir, su sentencia de muerte.

Así, el glifosato se convirtió en el herbicida más utilizado de todo el mundo.

Ahora bien, la acción del glifosato puede dañar también a los cultivos, lo cual llevó a los investigadores a buscar una solución, es así que se creó la soja RR  (Roundup Ready) desarrollada en colaboración entre Monsanto y Nidera, en los años noventas. Una semilla diseñada genéticamente para no ser afectada por el glifosato. A estas semillas se sumaron otras también modificadas genéticamente como es el caso del maíz, algodón, alfalfa y la caña de azúcar.

Lo que provocó esta nueva invención fue la posibilidad de aplicar el glifosato en cualquier momento del crecimiento de las plantas, aumentando la efectividad del herbicida.

Pero para terminar la tríada exitosa, se sumó al glifosato y a la semilla transgénica, el sistema de siembra directa, que permite reemplazar el mecanismo de preparación de la tierra de forma mecánica, es decir arar la tierra por medio de tractores que eliminan las malezas, por un sistema químico a través del uso de diferentes productos con el mismo fin pero de manera más rápida.

Sin embargo, la utilización del glifosato no se vio limitada a los cultivos transgénicos tolerantes al herbicida, sino que se extendió a todos los cultivos comerciales a gran escala como el trigo, la cebada cervecera, el girasol y el sorgo (aunque con otras técnicas de aplicación), tanto en Argentina como en el mundo. A su vez, es la sustancia activa de más de 750 productos diferentes que se utilizan en la agricultura, silvicultura, jardinería y para aplicación doméstica. Así, el glifosato se convirtió en el herbicida más utilizado de todo el mundo.

Científicos comprobaron la inocuidad del glifosato en los animales, es decir, que el producto solo interfiere en el ciclo de vida de los organismos vegetales, no afectando la vida de los animales, ni de los humanos.

Desde que su patente caducó en el año 2000, numerosas compañías producen hoy glifosato con diferentes nombres comerciales. Sin embargo, el Roundup de Monsanto sigue siendo el herbicida más vendido en el mundo, aunque ya no le pertenece, pues la firma estadounidense fue comprada por el gigante farmaceútico Bayer.

En un primer momento, las investigaciones científicas y los especialistas de la empresa creadora del producto probaron y dieron fe de la inocuidad del mismo para los seres vivos animales, es decir, se comprobó y afirmó que el producto solo interfiere en el ciclo de vida de los organismos vegetales pues ataca una enzima que solo se encuentra en las plantas.

Pero no tardaron en aparecer otras voces que se encargaron de cuestionar estas afirmaciones y comenzaron nuevas investigaciones y aparecieron nuevos datos sobre las consecuencias que empezaban a observarse en la salud y en los ecosistemas en la zonas donde se aplicaba el producto.

¿El glifosato es inocuo realmente para los seres humanos? ¿Afecta la vida animal? ¿Todo depende del uso apropiado del químico o existe un riesgo realmente nocivo para el ecosistema?

En la siguiente entrega nos proponemos indagar sobre estos interrogantes y las diferentes posturas al respecto.

Los invitamos a leer la primera parte de este informe "La agricultura antes del glifosato" y dejar sus comentarios sobre este controversial tema.

Lee más en GLIFOSATO-PRIMERA PARTE Y en GLIFOSATO-TERCERA PARTE

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