Un Golpe de Estado se configura cuando se violenta, se rompe, el orden institucional. Cambió el gobierno, pero no cambiamos el sistema republicano, la división de poderes y la Constitución Nacional.

Los ciudadanos argentinos tenemos vasta experiencia en golpes de estado. Siempre se han iniciado con campañas de miedo, con la toma de control de los medios de comunicación por parte de fuerzas militares o policiales, presencia armada en las calles y un discurso anunciando el inicio de una nueva era.

Un Golpe de Estado se configura cuando se violenta, se rompe, el orden institucional

“Revolución Libertadora”, “Revolución Argentina”, “Proceso de Reorganización Nacional”. Todos títulos rimbombantes que ocultaron el verdadero cometido: la abolición de derechos ciudadanos, la redistribución de la riqueza en favor de los poderosos y la entrega del patrimonio nacional a los designios extranjeros.

Bueno, ahora no es muy distinto. El título elegido es “Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina”. “Libertad”, “Argentina”, “Reorganización”, “Reconstrucción”. Ni siquiera se tomaron el trabajo de ser originales.

Cambió el gobierno, pero no cambiamos el sistema republicano, la división de poderes y la Constitución Nacional

La mayoría de los medios de comunicación ya están "tomados" por los intereses que representa Javier Milei y su socio protector Mauricio Macri. Veamos el resto de los condimentos.

Las expresiones apocalípticas del presidente hablando de una terrible crisis que se avecina y de la que él, León Libertario, nos va a sacar; la mentira y distorsión de datos objetivos para justificar un ajuste inmoral, antinacional y antipopular; el absurdo “protocolo” de la ministra Patricia Bullrich Luro Pueyrredón pretendiendo prohibir las manifestaciones populares; la desproporcionada presencia armada de las fuerzas federales en las calles de Buenos Aires y las acciones ilegales de filmación a los ciudadanos en los medios de transporte, pidiéndoles identificación a los que tenían “portación de cara de pobre” y por último la publicación del DNU 70/2023 derogando o modificando más de 300 leyes, en violación del artículo 99, inciso 3, segundo párrafo, de la Constitución de la Nación Argentina: “El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo”.

¡Por Dios! ¿De verdad pensaban en el gobierno que el pueblo argentino se iba a bancar que lo vapulearan así de entrada?

Los argentinos constituimos “un pueblo manso y pacífico, pero orgulloso y altivo”. No nos bancamos que nos forreen. Vos me entendés.

Hace 12 días, inicié mi anterior Editorial con esta frase: “Javier Milei asumió hoy la Presidencia de la Nación Argentina. Juró “por Dios y por la Patria” desempeñar fielmente el cargo de primer mandatario y respetar y hacer respetar la Constitución Nacional”.

Es bochornoso, vergonzoso e inaceptable que, quien obtuvo el respaldo del 56% para gobernar, arranque su mandato violentando el orden institucional, emitiendo un DNU ilegal, inconstitucional y entreguista.

Hay que recordar que el día que asumió, Javier Milei no quiso hablarle a la Asamblea Legislativa, como es tradicional en un cambio de gobierno. Les habló a sus seguidores dándole la espalda al Congreso Nacional y dejó en claro que su relación con el Poder Legislativo, ámbito específico de la representación democrática de la sociedad iba estar caracterizada por la displicencia y la falta de respeto.

Ahora esa falta de respeto del presidente de la Nación afecta a todo el pueblo argentino. Mostró muchas veces, demasiadas, que reacciona violentamente cuando alguien no está de acuerdo con sus ideas.

Tiene gestos que pretenden marcar autoridad, pero en realidad expresan “autoritarismo”, que es otra cosa. Se presentó en Bahía Blanca, la ciudad más afectada por el reciente temporal, vistiendo ropa militar de fajina, para decirles a los bahienses que se arreglen como puedan.

Ayer se instaló en la sede Departamento de la Policía Federal para monitorear personalmente la aplicación del “protocolo” Bullrich en el desarrollo de la manifestación hacia Plaza de Mayo que todos los 20 de diciembre recuerda los lamentables y tristísimos hechos de 2001. La ministra de Seguridad era la abanderada de salir a la calle y romper el aislamiento obligatorio dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández como medida de prevención y cuidado de la población en plena pandemia. Si este protocolo que ella impuso hubiese estado en vigencia en esos momentos ella hubiera terminado presa, algo que no hubiese sido nuevo para la hoy abanderada del "orden", ya que conoció la cárcel en su juventud por sus vinculaciones con organizaciones guerrilleras (como el propio Javier Milei denunció en plena campaña electoral).

También ayer tuvimos tuvimos que lamentar el primer muerto por el DNU de Milei. El corazón de Antonio Messina, un jubilado de 72 años no aguantó una nueva burla de quienes nos gobiernan. Falleció esta madrugada de un infarto mientras protestaba en la esquina de las calles 7 y 50, en pleno centro de La Plata, contra el DNU anunciado por el presidente Javier Milei, según informaron fuentes policiales a la Agencia Nacional de Noticias TÉLAM, por ahora pública.

Más allá de la clara inconstitucionalidad del DNU de Milei, lo cierto es que ya entró en vigor y que podría ser derogado solo si al menos una de las cámaras del Congreso Nacional lo impugna. Pero el Poder Legislativo está en receso y solo puede reunirse a esta altura del año si el Poder Ejecutivo convoca a Sesiones Extraordinarias. ¿Lo hará Milei?

También existe la posibilidad de que se reúna autoconvocada la Comisión Bicameral de DNU, con el objeto de analizar la constitucionalidad o no de este brutal ajuste. Veremos qué hacen nuestros legisladores, mayoritaria y supuestamente opositores.

Claramente, la pelota está hoy en el terreno de la Justicia Federal. La Corte Suprema de la Nación deberá, en última instancia, será la responsable de validar o no este insólito DNU que deroga o modifica más de 300 leyes nacionales.

Mientras tanto, la ciudadanía, las instituciones sociales, económicas, políticas y gremiales que constituyen el entramado de nuestra sociedad tienen la palabra.

el Movimiento Obrero Organizado, la C.G.T., las C.T.A. y todas las organizaciones representativas de los trabajadores deben ponerse a la cabeza de esta protesta popular

Espero que no pase como en 2001, donde hubo mucho Pueblo y poca Dirigencia a la altura de las circunstancias.

Anoche me quedé, seguramente como vos y millones de argentinos y argentinas, hasta cualquier hora mirando la televisión, viendo cómo en todo el país el pueblo llano, de a pie, expresaba su rechazo a esta política destructiva y entreguista.

Estoy orgulloso de ser argentino. Una vez más, demostramos el “sentimiento argento”, pacíficamente, pero con contundencia, como cuando festejamos la copa del mundo hace un año. Claro que ahora no hay nada que festejar, no hay un solo punto en este DNU que beneficie a algún sector popular. Sí hay muchísimos que benefician al poder económico concentrado y a los intereses extranjeros.

Así que es nuestro deber cívico reclamarle al presidente que respete la Constitución Nacional y que gobierne en el marco de la carta magna.

Dejé para el final el hacerme eco del pedido que miles y miles de argentinos y argentinas realizaron anoche en las calles y plazas de todo el país: el Movimiento Obrero Organizado, la C.G.T., las C.T.A. y todas las organizaciones representativas de los trabajadores deben ponerse a la cabeza de esta protesta popular que hoy va a continuar, como ya está trascendiendo en las redes sociales.

Como ya lo expresamos en distintas oportunidades: no puede irle bien a la Argentina si les va mal a los argentinos. La mayoría le dio un mandato a Javier Milei: presidente de la Nación, no lo eligió emperador, rey o tirano.