Hace 73 años, se sancionaba en nuestro país la Ley de Arrendamientos y Aparcerías Rurales, hecho que marcó un antes y un después en las actividades agrícolas en todo territorio nacional, debido a que posibilitó en una primera instancia, que 78.000 pequeños arrendatarios accedieran a la propiedad de la tierra.

En aquel momento, como en la actualidad, las cooperativas agrícolas tenían una fuerte presencia como pilares del desarrollo del agro. Un país como el nuestro, con las particularidades de sus tierras y con la variedad de cultivos que se sembraban y cosechaban entonces (y aún hoy) en cada región, convierten a la agricultura argentina en una de las bases de su economía.

Su historia es muy rica y significativa, tornándose en un pilar de las economías regionales de todas las provincias. La producción de alimentos agropecuarios es fundamental en las exportaciones argentinas, principalmente la producción de granos y la cadena de la soja en conjunto (porotos, semillas, aceite, harina y biodiesel), uno de los principales enlaces productivos del país.  Argentina es uno de los líderes en el mercado mundial de granos, aceites y subproductos, por mencionar algunas producciones.

Cabe recordar que ese mismo año se presentó el primer tractor del cono sur, bautizado con el nombre de “Pampa”. La máquina se puso en marcha en 1952, y su lanzamiento colocó al país en la vanguardia tecnológica agraria, ya que hasta el momento las maquinarias que se utilizaban era sumamente antiguas, escasas y se importaban de los Estados Unidos.

El sector agropecuario junto al agroindustrial son los principales generadores de divisas en nuestro país, liderando la balanza comercial, convirtiéndose en importantes impulsores de puestos de trabajo.

Para quienes aman y cultivan nuestras tierras ¡ Feliz día de la Agricultura!

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