Cada 6 de agosto se celebra en nuestro país en forma simultánea, el Día de la Enseñanza Agropecuaria, al Ingeniero Agrónomo y al Médico Veterinario. Los antecedentes de estas tres conmemoraciones se inician en el año 1883, cuando se creó el Instituto Agronómico Veterinario en la Provincia de Buenos Aires.

En ese entonces, comenzó a sistematizarse el proceso de enseñanza y aprendizaje vinculado al agro, con el inicio del dictado de clases de los estudios superiores, en el predio de la antigua estancia Santa Catalina, ubicada en Llavallol, partido de Lomas de Zamora, y seis años más tarde, se trasladó a la ciudad de La Plata, convirtiéndose en la prestigiosa “Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Provincia de Buenos Aires”.

El  primer desafío de calidad de la enseñanza agropecuaria consiste en asegurar la formación integral de sus alumnos, considerando, en forma articulada, tres dimensiones del sujeto de aprendizaje: su formación como persona, como ciudadano y como profesional.

Vinculados al ámbito rural, celebramos y resaltamos también el rol del Ingeniero Agrónomo, cuya formación académica abarca el manejo de diferentes disciplinas entre las que se encuentran la agricultura, la ganadería y el sector agroindustrial. Siendo el trabajo continuo en el campo, la investigación aplicada y los cursos de actualización, la dinámica de una ingeniería que es requerida por el total de la sociedad.

Cabe recordar que, mucho tiempo antes, Manuel Belgrano había señalado que una de las causas a que atribuía el poco producto de las tierras y, por consiguiente, “el ningún adelantamiento del labrador, es porque no se mira la agricultura como arte que tenga necesidad de estudio”. De esta manera, tuvo la llave maestra para abrir la puerta a la enseñanza agropecuaria en todos sus niveles.

En este 6 de agosto saludamos también al Médico Veterinario. En 1887 egresaron los primeros diez Ingenieros Agrónomos y tres Médicos Veterinarios recibidos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina y, al año siguiente, el 6 de agosto de 1888, rindieron examen de tesis.

Hasta entonces, quienes ejercían  la medicina veterinaria eran vecinos que estaban formados mediante la experiencia cotidiana y resolvían con lo que sabían y podían los problemas de salud de los animales. Si se quería tener un título universitario relacionado a dicha ciencia, se debía viajar al extranjero.

Durante muchos años, se celebró el 6 de agosto como día del Veterinario, pero fue recién en 1983, cuando se reafirmó, a través de un decreto presidencial, estableciendo dicha fecha como día del Veterinario Argentino.

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