El Gobierno Nacional ya tiene planificada la reducción en la cantidad de beneficiarios que percibirán, en el mes de diciembre, el último Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Serán unos 2,5 millones de personas.

El objetivo que busca el Gobierno es achicar el déficit fiscal. Para esto, se está definiendo quiénes serán los que percibirán los $10.000, suma destinada a paliar la situación originada por el impacto del coronavirus en la actividad económica argentina.

De acuerdo a lo informado por fuentes oficiales, este beneficio seguirá igual para los jóvenes de 18 a 25 años, considerado como el grupo más golpeado por la falta de trabajo a raíz de la crisis económica provocada por la cuarentena, y las mujeres jefas de hogar sin empleo ni ingresos.

Las personas que cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Asignación Universal por Embarazo, monotributistas de categorías más bajas y el personal de casas particulares, quedarían afuera y no percibirían este beneficio.

“Seguimos evaluando cómo seguir sosteniendo las familias argentinas sabiendo que hay lugares en donde tal vez los trabajadores y trabajadoras pudieron volver a trabajar, también los monotributistas A y B, por lo tanto, la dinámica de lo que fue pasando en distintos lugares de la Argentina, en distintas provincias y en distintas ciudades ha ido poniendo sobre la mesa situaciones diferentes”, aseguró la titular de la ANSES, Fernanda Raverta.

En medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Argentina busca reducir el rojo de las cuentas públicas, que se encaminó a 10 puntos del Producto en medio de la pandemia.

Con esta disminución, el pago del bono en diciembre representará unos 28.000 millones de pesos, poco menos del 30% de lo que venía costando hasta ahora.

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