Impactante: plaga de ratones invade el este de Australia
Luego de enfrentar incendios forestales y sequías, Australia sigue de malas y ahora es invadida con la peor plaga de ratones desde 1984. Los roedores han generado miles de dólares de pérdida y los ciudadanos esperan la llegada de una lluvia u ola de frío que frene el crecimiento del enjambre.
Por Belén Benítez | 31-03-2021 05:00hs
Como si se tratase de una película de ciencia ficción, miles de ratones invaden las granjas y ciudades del este de Australia generando pérdidas económicas inconmesurables y llenando todo de un olor pestilente a su paso. Ya hay varios agricultores que perdieron enteramente sus cosechas en manos de los ratones y ganaderos denuncian que también arrasaron con los piensos para alimentar el ganado, agravando una situación que ya era crítica para la industria australiana.
No sólo las zonas rurales de Australia están siendo invadidas por los ratones, sino también algunas ciudades están repletas de los roedores que están haciendo insufrible la vida de los ciudadanos. Se trata de la peor plaga desde 1984 pero el Gobierno local todavía no lo declaró una plaga nacional, ya que implicaría un importante gasto para el Estado que debería tender una mano a miles de ciudadanos que sólo pueden atinar a matar algunos cientos de ratones al día y esperar que no ingresen en sus casas.
Los agricultores, en tanto, están entregados ante esta escena de proporciones bíblicas y lo único que pueden es "evitar que entren en las oficinas, dentro de la maquinaria, los tractores y camiones, ya que se comen todos los cables", y alzar la voz para solicitar apoyo financiero del Gobierno para hacerle frente a la situación.
La pérdida es significativa para toda la industria agroganadera de Australia ya que, luego de la sequía que castigó al país durante años, los piensos y granos que iban a poner en pie el panorama del sector están siendo arrasados por el enjambre de ratones. El alcalde de Coonamble, Al Karanouh, dijo a The Guardian que los agricultores ya han perdido más de $40 millones de dólares, sólo en su condado.
A la vez, los alimentos que no han sido arrasados por la voraz plaga tienen que ser descartados ya que tienen orín y excrementos de los ratones y significaría un grave riesgo alimentar a las vacas y ovejas con estos.
Los ciudadanos, por su parte, también están siendo muy afectados por la plaga y esperan que una lluvia u ola de frío fuerte merme el crecimiento de esta. De acuerdo a lo que NBC News, los lugareños deben mantenerse prácticamente atrincherados para evitar, sin éxito, las mordeduras y que los ratones entren a sus hogares. No obstante, no pueden esquivar el hedor que desprenden los roedores tanto vivos como muertos, el cual ha sido descripto como inaguantable y constante.
Con esperanzas de poder contener la plaga, los locales de la ciudad afectada dedican su tiempo a matar a estos roedores con trampas caseras y de producción industrial. Ciudadanos han declarado a The Guardian que ahora las conversaciones se tornaron casi exclusivamente acerca de cuántos ratones mataron al día.
De acuerdo a una investigación realizada por la agencia científica nacional de Australia, la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization, el brote de la plaga es de un ratón no-nativo y su magnitud se debe a que luego de años de sequía Australia comienza a reponerse y los ratones han sido activados por ese cambio en las condiciones ambientales y por ello han vuelto a reproducirse masivamente.
Además, en contraposición con rachas anteriores de sequía, los agricultores tuvieron una buena cosecha que sirvió de alimento para las roedores que, con alimento, refugio y humedad, se proliferaron por la zona. Los ratones, de acuerdo a lo que explicó el científico Steve Henry, "pueden comenzar a reproducirse cuando tienen 6 semanas de edad y luego pueden tener una camada de seis a diez cachorros cada 19 a 21 días después de eso".
El fin de la plaga, de acuerdo a una investigación realizada por Henry, generalmente se da con un "colapso de la población" pero no existe manera de adelantar cuánto eso podría suceder por lo que las esperanzas están puestas en una lluvia o helada.
Los agricultores, en tanto, están por demás preocupados por las importantes perdidas que estos roedores han desencadenado en el país y temen que los cultivos de invierno, cuya siembra se da en en abril/ mayo, también sean dañados por la peste.
Finalmente, el presidente de NSW Farmers, James Jackson, bregó por una acción urgente del Gobierno nacional que implicaría ya no sólo una ayuda económica sino también un permiso especial para usar un pesticida de emergencia de fosfuro de zinc. "La gravedad de la plaga actual ha resultado en la necesidad de múltiples aplicaciones de cebo aéreo y terrestre en las regiones de cultivo", dijo Jackson a la vez que pidió que se tomen acciones cuanto antes.
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