La industria láctea se encuentra en jaque por la crisis económica y sanitaria derivada de la pandemia  y el Centro de la Industria Lechera Argentina (CIL) puso en manifiesto su preocupación por los indices relevados durante el último mes.

El CIL definió el estado actual de situación como en medio de "una de las crisis más severas de la historia del sector", que pone "al borde del colapso a muchas empresas". Esto se lo atribuyen a dos factores principales: a la caída del consumo de productos lácteos y al aumento en el costo de algunos insumos.

De acuerdo a lo relevado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el consumo de yogures, postres y quesos totalizó las 11,5 toneladas durante el mes mayo, un 23,1% menos en comparación del mismo mes del año pasado.

El mercado de yogures y bebibles viene acumulando una caída desde marzo a abril del 8,3%  y un 25,7% de abril a mayo. Y, por su parte, el consumo de postres lácteos disminuyó un 16,1% y la de quesos firmes un 21,3%.

De marzo a abril, según CIL, los números de retracción de consumo no fueron tan significativos porque durante los primeros días de la cuarentena se dio un "aparente pico de consumo".

Uno de los temas que más impacta en la estructura de costos de los lácteos, es el precio de referencia de la leche pagado al productor.

A su vez, la estructura de la cadena también sufre otros problemas dada "la imposibilidad de trasladar la suba de costos de producción". El Centro explicó que: "La cadena de valor se encuentra impactada por los precios dolarizados que muchas veces toman de referencia la cotización de la divisa libre (dólar blue) como sucede con los insumos del packaging, tales como plásticos y cartón".

"Uno de los temas que más impacta en la estructura de costos de los lácteos, es el precio de referencia de la leche pagado al productor" y sin poder trasladar esos precios a las góndolas,  "muchas empresas ante el quebranto de sus balances, están al borde del colapso".

Por último, el CIL destacó que una de las características del sector durante los últimos años es la atomización: "El 64,3% de la producción se distribuye entre 33 empresas y ninguna de ellas tiene más del 15% en la producción local". Entre las empresas que más producen son Mastellone y Saputo, que participan con un 11,8% y 11,5% del total, respectivamente.

La crisis actual podría profundizar aún más la tendencia decreciente de producción láctea argentina, que sufrió durante los últimos años una baja de 14,2% en cuatro años: pasando de 12.051 millones de litros de leche en 2015 a los 10.343 millones de litros en 2019.

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