ISCAMEN, MENDOZA - PRIMERA PARTE

Insectos estériles: innovación en el control de plagas

El Agrario entrevistó en exclusiva a la Ing. Agr. Mariel Vanín, Secretaria Técnica del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen), quien nos abrió las puertas a los conocimientos, prácticas y nuevas tecnologías del instituto mendocino.

Por Gabriela Simonotti | 07-08-2021 10:57hs

Mariel Vanín, oriunda del departamento de Santa Rosa, es Ingeniera Agrónoma especializada en Estadísticas (Universidad de Buenos Aires) y en Biometría y Economía de los Sectores Sociales (Universidad Nacional de Córdoba). Ha trabajado en el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) desde su constitución. Se ha desempeñado en diferentes emprendimientos tanto públicos como privados entre los que se destacan la Gerencia General del Instituto de Desarrollo Rural, la Dirección de Desarrollo Económico del Departamento de Santa Rosa y como oficial de Enlace Fairtrade International para Argentina y Uruguay.

En la primera parte de nuestra entrevista con ella hablamos sobre el rol del Iscamen, los ejes de su gestión, las técnicas de esterilización de insectos para combatir plagas en los cultivos y la importancia de su trabajo para las exportaciones provinciales.

 

-¿Qué es el Iscamen y cuáles son sus funciones?

-El Iscamen es el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza que es una institución creada por una ley provincial que depende del Ministerio de Economía del Gobierno de la provincia. Su rol es como Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) local: su función es defender y conservar el patrimonio fitosanitario de la provincia de Mendoza.

-¿Cuál es tu rol en el Instituto?

-El rol de la Secretaría Técnica es la planificación técnica de todos los programas del Instituto, ya que la participación del Iscamen se constituye siempre en programas de acción, algunos que son históricos y que dieron origen a la institución como es el programa mosca de los frutos junto con barrera sanitaria. A lo largo del tiempo, se fueron estableciendo programas de acción, según las prioridades y según las necesidades del momento, principalmente para plagas cuarentenarias.

Otro rol muy importante que cumple el Iscamen es, no solamente en la parte de sanidad vegetal, sino también en lo que es la parte de fiscalización. Uno de los programas originarios y más antiguos del instituto ha sido el programa de agroquímicos, donde también desde el principio, hace más de 30 años, se fiscalizan todas al actividades relacionadas con los agroquímicos, no solamente la parte comercial sino también lo que es el uso racional de los mismos y el cuidado del medio ambiente.

 

-¿Cuáles son los ejes de la gestión del Instituto?

-Nosotros organizamos la parte operativa en dos grandes ejes estratégicos. El primer eje es la parte sanitaria y el segundo eje la parte de control y fiscalización, que es hacer cumplir todas las normativas que estén vigentes para cada una de las actividades, principalmente agrícolas.

En Mendoza siempre se valoró mucho la producción agrícola, porque no solamente es importante para la actividad vitivinícola, sino que también tenemos muchos frutales y muchas hortalizas. Hay muchas hectáreas cultivadas y hay muchas familias que viven de esas actividades. Entonces son muy importantes estos programas para luchar contra las plagas cuarentenarias, poder exportar la producción y poder llegar a mercados exigentes, a la vez que se mantiene y refuerza el compromiso del cuidado del medio ambiente. Cuando estamos interesados en abrir un mercado y estar libre, por ejemplo, de la mosca de los frutos o controlar y suprimir plagas como carpocapsa que es una plaga muy negativa para un mercado como el de Brasil al que le vendemos nuestras peras y manzanas, es que se promueven metodologías siempre amigables con el medio ambiente como el uso de la técnica del insecto estéril, entre otros.

Esta estrategia para combatir plagas dio origen a un programa muy importante en la provincia que es la producción de insecto estéril. En esto Mendoza es pionera, hoy tiene una bioplanta productora de insectos que está situada en el departamento de Santa Rosa. Esta bioplanta es la segunda en importancia en América y la primera en Sudamérica, en la cantidad y calidad de producción.

Optamos por perfeccionarnos en este tipo de métodos a pesar de que es muy complejo criar un insecto, irradiarlo, liberarlo al medio ambiente y hacer un control de la plaga mediante los mismos insectos. Estas técnicas se llaman autocidas porque se usa la misma plaga para poder combatirla. Lo hacemos porque todo lo que controlamos usando a los mismos insectos, significan litros y litros de insecticidas que nos estamos ahorrando y que evitamos que se vuelquen al medio ambiente.

Así es que en esto, no solamente tenemos una importante infraestructura, sino que se ha capacitado personal técnico que nos hace referentes desde la provincia de Mendoza a nivel mundial en el uso de estas técnicas. Por eso también las estamos aplicando y las estamos investigando para otras plagas como para la lobesia que es la polilla de la vid, para la carpocapsa y para el mosquito porque realmente este tipo de tecnologías han demostrado que son muy efectivas y es una alternativa al uso de los insecticidas.

-¿Cómo funciona la esterilización del insecto?

-Es una pregunta muy interesante porque cada especie va teniendo su nivel de investigación y su desarrollo. En el caso del mosquito, se hace una esterilización tanto a machos como a hembras. Entonces, después se liberan especímenes de ambos sexos, porque no se hace una distinción. En otros insectos, como la lobesia, es igual. En cambio, en mosca, nosotros estamos usando una cepa sexada, es decir que se esterilizan y se liberan solamente machos de esa especie.

Otra tecnología que estamos perfeccionando es el uso de feromonas, que está dentro de lo que llamamos las “técnicas de confusión sexual”. Esto significa controlar plagas, como la polilla de la vid, cuya presencia es muy perniciosa porque tenemos una gran cantidad de hectáreas de viñedos en Mendoza y este insecto se ve muy atraído por las diferentes variedades de uva y de climas. Cuando ingresó la polilla de la vid a la provincia, porque no es nativa, se extendió rápidamente. En este caso, se hace una técnica integrada, usando algo de insecticida, siempre el mínimo posible, y se colocan difusores de feromonas que lo que provocan es que los machos se confundan porque el viñedo es invadido con dispositivos de feromonas, entonces ellos nunca logran encontrar a la hembra y así no pueden dejar descendencia porque no llegan a copular.

Esta técnica es una innovación tecnológica en el combate de las plagas, que se usa también en el mundo. Acá en Mendoza lo hemos estado usando en forma masiva en las últimas campañas contra la polilla de la vid teniendo muy buenos resultados, y también haciendo un ahorro muy importante de uso de insecticidas que impactan negativamente en nuestras viñas.

Con el mosquito estamos empezando con la técnica de esterilización porque es la primera especie en la que estamos trabajando que no es una plaga agrícola. Pero como tenemos este conocimiento del insecto estéril, y hemos visto que el mosquito es un importante vector de enfermedades, sumado a que empezamos a ver en el país el aumento de los casos de dengue, y era algo muy preocupante, y para poder luchar contra el mosquito se usa una gran cantidad de insecticidas porque son muy resistentes, es que también hemos empezado a probar estas técnicas. Hay antecedentes en el mundo del uso de la esterilización con muy buenos resultados.

-¿Qué son las plagas cuarentenarias?

-Son plagas de importancia comercial, es decir que no solamente producen un daño donde se pierde la producción, sino que por la sola presencia de la plaga en una provincia o en un país, se cierra un mercado para eso productos. Y se producen pérdidas económicas muy importantes.

Cuando existe un programa con el cual se está trabajando contra esa plaga, se logra una cierta categoría que se llama “status sanitario diferencial”. Por ejemplo, con respecto a la mosca de los frutos, la provincia de Mendoza tiene el Valle de Uco y la zona sur, que serían casi dos tercios de la provincia, que están libres de esa plaga. Entonces, la fruta que sale de esas zonas puede entrar a mercados como, por ejemplo, a Estados Unidos, o recientemente, a China, o a los países que te reconozcan ese status, y se pueden ingresar los productos sin tratamiento fitosanitario. Eso es muy importante a nivel comercio exterior.

Al lograr el reconocimiento se liberan trabas de exportación. Por eso es tan importante, por ejemplo, Chile como país exportador, porque Chile es “país libre” (de mosca de los frutos). Nosotros, como país, tenemos parte de Mendoza y toda Patagonia, zona libre de mosca de los frutos. Chile es país libre y por eso es que su producción llega a los mercados más exigentes como el de Estados Unidos.

-¿Cómo impacta en la exportación de vinos y frutas?

-El tema de las plagas influye mucho en la exportación de frutas frescas porque en el lugar de destino se realizan inspecciones muy estrictas, y no pueden encontrar absolutamente nada relacionado a plagas, porque, en ese caso, te rechazan todo el cargamento.

En cambio con los vinos, como es algo procesado, que ya está embotellado. No solamente lo que tiene Chile es una muy buena calidad, sino que también tiene muy buenos tratados bilaterales para llegar a ciertos mercados, como por ejemplo Estados Unidos, con arancel cero. Ellos pueden llegar a Estados Unidos con una botella de vino que, comparada con la de Mendoza, es mucho más barata, porque nosotros tenemos que pagar el arancel de exportación que es muy elevado.

 

La entrevista continúa en una próxima entrega.

Seguir leyendo: Bodegas mendocinas obtienen casi $14 millones para aumentar su competitividad

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