INTA y Aapresid comienzan el tercer ciclo de trabajo del Sistema Chacras
Con nuevos objetivos que tienen como eje la sustentabilidad de los sistemas, el INTA y AAPRESID firmaron un nuevo convenio de cooperación, que da inicio al tercer ciclo de trabajo del Sistema Chacras.
Por Camila Correa | 11-11-2021 10:10hs
Tras 10 años de alianza, Susana Mirassou, presidenta del Instituto Nacional de Tecnología Agraria INTA y David Roggero, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), firmaron un nuevo convenio de cooperación con el que inicia el tercer ciclo en el Sistema Chacras con el fin de desarrollar y aplicar tecnologías para una agricultura sustentable.
El hecho tuvo lugar en la Estancia San Nicolás, ubicada en Uranga, Santa Fe. Allí David Roggero ponderó el rol del Sistema Chacras por “generar conocimiento científico para responder a la demanda del productor y el desarrollo local mediante el agregado de valor, teniendo como premisa fundamental los aspectos ambientales, económicos, sociales, tecnológicos y energéticos”. Para esto, señaló, es fundamental unir al productor con la ciencia y generar conocimiento de rigor científico.
A su vez, sobre la renovación del vínculo con el INTA, afirmó: “Hoy reforzamos los lazos con una de las instituciones más prestigiosas en la generación y transmisión de conocimiento para el agro”. Seguidamente, destacó el trabajo de los técnicos de INTA “por el acompañamiento en todos estos años de crecimiento” y destacó el rol de Susana Mirassou, quien “ratifica este compromiso”.
Por su parte, Mirassou destacó el trabajo articulado entre ambas instituciones y mencionó los ejes de trabajo del Plan Estratégico Institucional: “el Sistema Chacras fue y será un camino que facilita y ayuda a cumplir con los objetivos de aportar a la competitividad, a la salud ambiental y a la equidad”.
Entre los desafíos estratégicos para afrontar una competitividad sistemática, mencionó a : “Los cambios en la demanda mundial de alimentos, el cambio climático, la sofisticación y globalización de la dieta alimentaria, los nuevos paradigmas de innovación, las tensiones urbanas rurales y la dinámica de actores en el ámbito rural”.
En esa línea, es clave integrar la actividad del sector privado con los aportes que se puedan hacer desde la ciencia y la técnica, y el establecimiento de agendas compartidas”
A su vez, explicó que esa competitividad no sólo radica en producir más alimentos, fibra y energía, sino que exige hacerlo de la mejor manera posible, cuidando nuestro ambiente y promoviendo el bienestar común. “Es clave integrar la actividad del sector privado con los aportes que se puedan hacer desde la ciencia, la técnica, y el establecimiento de agendas compartidas”, indicó la presidenta del INTA.
Chacra Pergamino, nuevos tiempos
Las Chacras son unidades de desarrollo en un área de influencia determinada con semejantes condiciones ambientales, actividad rural, dimensión de las explotaciones, así como problemas y objetivos de los productores que las integran. Estos Sistemas Chacras permiten un trabajo coordinado para el desarrollo de tecnologías agropecuarias sustentables, ajustadas a las condiciones particulares y en línea con las necesidades y demandas.
En el 2011 la Chacra Pergamino comenzó su proyecto con el objetivo de orientar el desarrollo de modelos que demuestren mayor productividad con una mayor eficiencia en el uso de recursos, estabilidad en los rendimientos y mantenimiento o mejora del ambiente de producción. Durante los nueve años de trabajo en la Chacra, se observó el impacto positivo que generó la intensificación de procesos y la diversificación de cultivos sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos, como así también sobre los rendimientos acumulados en la rotación. A su vez, El trabajo articulado en la Chacra demostró que es posible armonizar la producción agropecuaria con la naturaleza por medio de prácticas sustentables.
Este caso emblema de la articulación INTA Aapresid arrojó los mejores resultados, cuando se implementaron rotaciones diversificadas que mantuvieron el suelo ocupado con cultivos vivos la mayor parte del año. Se confirmó que la intensificación, integración y diversificación de los procesos biológicos en los suelos incrementa la sostenibilidad productiva de los sistemas.
La nueva etapa constara de tres ejes conductores e interrogantes centrales a responder relacionados con la biología del suelo, el balance de Carbono y agua y el impacto ambiental. Para ello, acordaron responder tres preguntas: ¿Qué indicadores explican la salud y evolución biológica de un suelo? ¿Cómo generar un sistema de Carbono Neutro donde podamos demostrar mayor productividad y eficiencia en el uso del agua? y ¿Cómo medimos el impacto ambiental sobre los sistemas actuales?
Dichas temáticas se abordarán en una mesa de expertos de la Chacra conformada por Luis Wall de la Universidad Nacional de Quilmes-CONICET, José Bedano de la Universidad Nacional de Río Cuarto-CONICET, Lucas Garibaldi de la Universidad Nacional de Río Negro-CONICET, Luis Milesi, Andrés Llovet, Horacio Acciaresi, Ana Clara Caprile y Alfredo Cirilo del INTA Pergamino.
Foto destacada: INTA
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