Instalado en la provincia de Buenos Aires desde hace casi 20 años, principalmente en todo lo que se conoce como "Cuenca del Río Salado", una superficie que abarca 700 kilómetros, el Jején, Barigüí, mosca negra, entres otros nombres, afecta a 15 municipios bonaerenses. Se trata de un insecto científicamente denominado Simulium Chaquense, que se alimenta de sangre la cual obtiene con dolorosas picaduras que devienen en muchos casos en infecciones. Lo que diferencia al jején de los mosquitos tradicionalmente presentes en la temporada estival, es su resistencia a repelentes de uso común, tipo OFF.

El problema es la falta de coordinación y sistematicidad: la fumigación tiene que ser ordenada y sostenida en el tiempo.

La reproducción del jején sólo exige aguas correntosas y trasparentes, condiciones que se hayan en ríos y arroyos. La provincia de Buenos Aires comenzó a padecer su invasión en la ciudad de Junín y luego se fue extendiendo a Alberti, Roque Pérez, Bragado, General Belgrano, entre otros. Su propagaciónllegó incluso a provincias del norte argentino luego de las múltiples inundaciones. Todas las localidades en las que está presente el insecto, sufren una afección en su calidad de vida, economías locales y también al turismo, en aquellos sitios que cuentan con complejos termales, parques con lagunas, entre otros.

El Investigador del CONICET, Juan José García, a cargo de un proyecto de colaboración con autoridades de las comunidades afectadas en la erradicación de la plaga, advirtió quela mayor complicación para erradicar la plaga es la constancia en la aplicación de insecticidas: "El insecticida utilizado para eliminar las larvas es una formulación biológica elaborada a partir de la bacteria denominada Bacillus Thuringiensis Israelensis (...) que garantiza el éxito contra los mosquitos", sin embargo destaca que "el problema es la falta de coordinación y sistematicidad: la fumigación tiene que ser ordenada y sostenida en el tiempo". Es por ello, que García junto con su equipo de trabajo han recorrido las zonas afectadas para proponer "formar a los agentes municipales encargados de estas tareas y asesorarlos respecto a la fumigación y el tratamiento a realizar".

Con el objetivo puesto en erradicar el jején de la Cuenca del Salado, García sostiene que lo que se debe hacer es "educar y entrenar a las personas encargadas de fumigar, manteniendo una buena comunicación con las comunidades que habitan las zonas en las que se va a trabajar", manteniendo la continuidad en el tiempo, ya que según el científico "abandonar el programa repercute en una segura reaparición de la plaga". A su vez, destaca que es importante instruir en el monitoreo exhaustivo de la plaga y los efectos de los insecticidas "la evaluación del producto es fundamental, si lo aplicás pero después no controlás si funcionó, no sirve".

Es primordial activar con la erradicación del S. Chaquense ya que las consecuencias podrían asimilarse a las que se dan por ésta especie alrededor del mundo: En África,la Mosca Negra provoca el contagio de un parásito llamado Onchocerca Volvus que genera una infección en el nervio óptico que termina en cegera total.

Educar y entrenar a las personas encargadas de fumigar, manteniendo una buena comunicación con las comunidades que habitan las zonas en las que se va a trabajar

Finalmente, el científico destaca que "la situación en cada municipio es dispar debido a varias cuestiones, entre ellas la económica, ya que muchas comunas no tienen los fondos suficientes para comprar el producto sistemáticamente. Si el problema se abordara a nivel provincial, las posibilidades serían mayores. La realidad es que hay casi dos millones de bonaerenses que sufren este problema y pertenecen a regiones muy productivas", señaló García al tiempo que concluye: "Nosotros como científicos queremos aportar para resolverlo, porque si no atendemos los problemas del pueblo, sinceramente no sé para qué estamos"